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1 Samuel 14:44 - Versión Biblia Libre

44 Saúl dijo: “¡Que Dios me castigue muy severamente si no mueres, Jonatán!”

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

44 Y Saúl respondió: Así me haga Dios y aun me añada, que sin duda morirás, Jonatán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

44 —Sí, Jonatán —dijo Saúl—, ¡debes morir! Que Dios me castigue e incluso me mate si no mueres por esto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

44 Saúl respondió: '¡Maldígame Dios, y remaldígame si tú no mueres, Jonatán!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

44 Y Saúl respondió: ¡Así me haga ’Elohim y aún me añada, que sin duda morirás, Jonatán!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

44 Replicó Saúl: 'Que Dios me haga esto y me añada lo otro, si tú no mueres, Jonatán'.

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1 Samuel 14:44
11 Referencias Cruzadas  

Unos tres meses después le dijeron a Judá: “Tamar, tu nuera ha tenido relaciones sexuales como una prostituta y ahora está embarazada”. “¡Sáquenla y quémenla hasta la muerte!” ordenó Judá.


David tomó a los habitantes y los obligó a trabajar con sierras, picos de hierro y hachas, y también los hizo trabajar haciendo ladrillos. Lo mismo hizo en todas las ciudades amonitas. Luego David y todo el ejército israelita regresaron a Jerusalén.


David se puso absolutamente furioso con lo que hizo aquel hombre, y le dijo airadamente a Natán “¡Vive el Señor, que el hombre que hizo esto debe ser condenado a muerte!


Díganle a Amasa: ‘¿No eres tú también mi carne y mi sangre? Que Dios me castigue muy severamente si a partir de ahora no eres tú el comandante de mi ejército en lugar de Joab’”.


¡Que Dios me castigue severamente si no ayudo a David a cumplir lo que el Señor le ha prometido!


Si hallas dinero, come lo necesario; porque si comes demasiado, te enfermarás.


En cuanto la vio, se rasgó las vestiduras en agonía y gritó: “¡Oh, no, hija mía! ¡Me has aplastado por completo! Me has destruido, pues hice una promesa solemne al Señor y no puedo echarme atrás”.


Donde tú mueras, moriré yo, y allí seré enterrada. Que el Señor me castigue duramente si dejo que algo que no sea la muerte nos separe”.


¡Juro por la vida del Señor que salva a Israel que, aunque sea mi hijo Jonatán, tendrá que morir!” Pero nadie en todo el ejército dijo nada.


¡Que Dios me castigue muy severamente si dejo vivo a uno solo de sus hombres para la mañana!”


“¿Qué te ha dicho?” preguntó Elí. “No me lo ocultes. Que Dios te castigue muy severamente si me ocultas algo de lo que te dijo”.


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