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1 Samuel 14:20 - Versión Biblia Libre

20 Entonces Saúl y todo su ejército se reunieron y entraron en batalla. Descubrieron que los filisteos estaban en total desorden, atacándose unos a otros con las espadas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

20 Y juntando Saúl a todo el pueblo que con él estaba, llegaron hasta el lugar de la batalla; y he aquí que la espada de cada uno estaba vuelta contra su compañero, y había gran confusión.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Enseguida Saúl y sus hombres corrieron a la batalla y encontraron que los filisteos estaban matándose unos a otros. Había una terrible confusión en todas partes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Luego Saúl y toda su tropa se juntaron y llegaron al sitio del combate. Allí se había producido un pánico enorme: se atacaban con su espada unos a otros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y Saúl y todo el pueblo que estaba con él se movilizaron y llegaron a la batalla; y he aquí que la espada de cada uno° se había vuelto contra la de su compañero, y la turbación era muy grande.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Saúl se reunió con todo su ejército y se acercaron al lugar del combate. Los filisteos volvieron la espada unos contra otros en medio de una gran confusión.

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1 Samuel 14:20
8 Referencias Cruzadas  

Entonces el rey de Israel salió y atacó a los caballos y a los carros. Infligió una gran derrota a los arameos.


Los hombres de Amón y Moab se volvieron contra los hombres del monte Seir, y los mataron a todos. Una vez que terminaron de aniquilar al ejército de Seir, se volvieron unos contra otros, destruyéndose.


Animaré a los egipcios a atacar a otros egipcios. Lucharán entre sí, vecino contra vecino, pueblo contra pueblo y reino contra reino.


“Llamaré a atacar a Gog desde todas mis montañas, declara el Señor Dios. Cada uno atacará a su hermano con la espada.


Cuando tocaron las trescientas trompetas, el Señor hizo que todos los hombres del campamento se atacaran unos a otros con sus espadas. El ejército enemigo huyó hacia Bet Shitá, cerca de Zererá, hasta la frontera de Abel Meholá, cerca de Tabbá.


Los vigías de Saúl en Guibeá, en Benjamín, vieron cómo el ejército filisteo se desvanecía y se dispersaba en todas direcciones.


“Mañana a esta hora te voy a enviar un hombre de la tierra de Benjamín. Nómbralo como gobernante de mi pueblo Israel, y él los rescatará de los filisteos. He visto lo que le pasa a mi pueblo y he escuchado su ruego de ayuda”.


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