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1 Samuel 13:13 - Versión Biblia Libre

13 “Has sido muy estúpido”, le dijo Samuel. “No has cumplido los mandatos del Señor, tu Dios. Si lo hubieras hecho, el Señor habría asegurado tu reino sobre Israel para siempre.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 —¡Qué tontería! —exclamó Samuel—. No obedeciste al mandato que te dio el Señor tu Dios. Si lo hubieras obedecido, el Señor habría establecido tu reinado sobre Israel para siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Samuel le dijo: 'Te has portado como un tonto: no cumpliste la orden que te había dado Yavé tu Dios cuando te dijo que te haría rey de Israel para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y Samuel dijo a Saúl: ¡Has actuado neciamente! No has guardado el mandamiento que YHVH tu Dios te ordenó, pues ahora YHVH hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Replicó Samuel a Saúl: 'Te has comportado como un necio. No has observado el mandato que Yahveh, tu Dios, te impuso. Yahveh estaba dispuesto a confirmar tu realeza sobre Israel para siempre.

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1 Samuel 13:13
23 Referencias Cruzadas  

¡Ni siquiera me dejaste despedirme de mis nietos y nietas! ¡Has actuado de forma muy insensata!


Después, David se sintió muy mal por haber ordenado el censo. Le dijo a Dios: “He cometido un terrible pecado al hacer esto. Por favor, quita la culpa de tu siervo, porque he sido muy estúpido”.


“No estoy causando problemas a Israel”, respondió Elías. “¡Eres tú y la familia de tu padre! Han rechazado los mandatos del Señor y están adorando a los baales.


“¿Así que has venido a buscarme, mi enemigo?” preguntó Acab a Elías. “Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo que es malo a los ojos del Señor”, respondió Elías.


Saúl murió porque le fue infiel al Señor. No cumplió los mandatos del Señor, y además fue a consultar a una médium.


Porque el Señor busca por toda la tierra la oportunidad de mostrar su poder a favor de los que le son total y sinceramente devotos. Tú has actuado de forma estúpida al hacer esto. Así que de ahora en adelante siempre estarás en guerra”.


Jehú, hijo de Hanani, el vidente, salió a hacerle frente. Le dijo al rey Josafat: “¿Por qué ayudas a los malvados? ¿Por qué amas a los que odian al Señor? El Señor está enojado contigo por eso.


Él es quien dice a los reyes: ‘Ustedes son unos inútiles’, o a los nobles: ‘Ustedes son unos malvados’.


Las personas son estimadas cuando hablan con sensatez, pero los que tienen mentes perversas son aborrecidos.


La gente destruye su vida por causa de su propia estupidez, y se enojan con el Señor.


Isaías le dijo a Ezequías: “Escucha lo que dice el Señor:


Pero si hace el mal ante mis ojos y se niega a escuchar mi voz, entonces cambiaré de opinión con respecto al bien que había planeado para ella.


Pero Ana no fue. Le dijo a su marido: “Una vez destetado el niño, lo llevaré para presentarlo al Señor y que se quede allí para siempre”.


Así que pensé: ‘Los filisteos están a punto de atacarme en Gilgal, y no he pedido la ayuda del Señor’. Así que sentí que debía presentar yo mismo el holocausto”.


“Lamento haber hecho rey a Saúl, porque ha dejado de seguirme y no ha hecho lo que le ordené”. Samuel se molestó y clamó al Señor durante toda la noche.


“¿Qué crees que prefiere el Señor? ¿Los holocaustos y los sacrificios? ¿O que seas obediente a su palabra?” le preguntó Samuel. “¡Escucha! ¡La obediencia es mejor que los sacrificios! Prestar atención es más importante que ofrecer la grasa de los carneros.


Samuel le dijo: “¡El Señor te ha arrancado hoy el reino de Israel y se lo ha dado a tu prójimo, a uno que es mejor que tú!


El Señor un día le preguntó a Samuel: “¿Hasta cuándo vas a seguir llorando a Saúl porque lo he rechazado como rey de Israel? Llena tu frasco con aceite de oliva y vete. Ve donde Isaí de Belén, porque he elegido un rey para mí de entre sus hijos”.


“He hecho mal”, respondió Saúl, “vuelve, David, hijo mío. No volveré a intentar hacerte daño, porque hoy me has valorado y me has perdonado la vida. ¡He sido tan estúpido! He cometido un gran error”.


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