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1 Corintios 1:10 - Versión Biblia Libre

10 Hermanos y hermanas, les ruego en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que estén en armonía y no divididos. Por el contrario, desarrollen una conducta y propósito de estar unidos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Amados hermanos, les ruego por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo que vivan en armonía los unos con los otros. Que no haya divisiones en la iglesia. Por el contrario, sean todos de un mismo parecer, unidos en pensamiento y propósito.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan todos de acuerdo y terminen con las divisiones, que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos criterios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Os ruego pues hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis enteramente unidos en una misma mente y un mismo parecer.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Os ruego, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que tengáis todos concordia y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis unidos en el mismo pensamiento y en el mismo parecer.

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1 Corintios 1:10
44 Referencias Cruzadas  

¡Cuán bueno y delicioso es que las personas vivan juntas en armonía!


Me aseguraré de que piensen de la misma manera y actúen en armonía, para que siempre me honren y todo sea bueno para ellos y sus descendientes.


Nadie pone un parche nuevo en ropas viejas, de lo contrario, se encogerá y hará que la rotura luzca peor.


Nadie coloca un parche nuevo en ropas viejas. De lo contrario el parche nuevo se encogería y se despegaría de la ropa vieja y la rasgadura sería peor.


Un reino que pelea contra sí mismo no puede mantenerse.


Otra vez los judíos estaban dando opiniones sobre estas palabras que dijo Jesús.


Yo vivo en ellos, y tú vives en mí. Que ellos puedan ser uno completamente, para que el mundo entero sepa que tú me enviaste, y que tú los amas, así como me amas a mí.


Entonces había entre la multitud grandes diferencias de opiniones acerca de él.


Algunos de los Fariseos dijeron: “El hombre que hizo esto no puede venir de Dios porque no guarda el Sábado”. Pero otros se preguntaban: “¿Cómo puede un pecador hacer tales milagros?” De modo que tenían opiniones divididas.


Todos los creyentes tenían un mismo pensar y un mismo sentir. Ninguno de ellos consideraba nada como suyo sino que compartían todas las cosas unos con otros.


Quiero que sepan, mis hermanos y hermanas, que a menudo he hecho planes para visitarlos, pero me fue imposible hacerlo hasta hora. Quiero ver buenos frutos espirituales entre ustedes así como los he visto entre otros pueblos.


Así que yo los animo, mis hermanos y hermanas, por la compasión de Dios por ustedes, que dediquen sus cuerpos como una ofrenda viva que es santa y agradable a Dios. Esta es la manera lógica de adorar.


Piensen los unos en los otros. No se consideren ustedes mismos más importantes que los demás; vivan humildemente. No sean arrogantes.


Deseo animarlos, mis hermanos y hermanas, mediante nuestro Señor Jesucristo y mediante el amor del Espíritu, a que se unan y oren mucho por mí.


Ahora les ruego, mis hermanos creyentes: cuídense de los que causan discusiones y confunden a las personas de la enseñanza que han aprendido. ¡Aléjense de ellos!


Porque de parte de Cloé, algunos me han dicho cosas de ustedes, mis hermanos y hermanas, me han dicho que hay discusiones entre ustedes.


Primero que nada, he escuchado que cuando tienen reuniones en la iglesia, están divididos en distintas facciones, y creo que hay algo de verdad en esto.


Esto con el fin de que no haya ningún conflicto en el cuerpo, es decir, las distintas partes deben considerar igualmente de todas las demás.


Incluso ahora no están listos para ello, porque todavía son del mundo. Si ustedes aún son envidiosos y andan en discusiones, ¿no demuestra eso que todavía son mundanos? ¿No demuestran que se comportan como lo hacen las personas comunes?


Así que les ruego que imiten lo que yo hago.


Yo mismo, Pablo, los insto personalmente, por la bondad y la ternura de Cristo. El mismo Pablo que es “tímido” cuando está con ustedes, pero que es “osado” cuando no está allá.


Finalmente, hermanos y hermanas, me despido. Sigan mejorando espiritualmente. Anímense unos a otros. Estén en armonía. Vivan en paz, y que el Dios de amor y paz esté con ustedes.


Nos alegra cuando somos débiles, y ustedes son fuertes. Oramos para que sigan mejorando.


De modo que somos embajadores de Cristo, como si él rogara por nosotros: “Por favor, vuelvan a él y sean sus amigos”


Como colaboradores de Dios, también les rogamos que no acepten la gracia de Dios en vano.


Les ruego, mis amigos: sean como yo, porque yo me volví como ustedes. Ustedes nunca me trataron mal.


Simplemente asegúrense de que su forma de vivir corresponde a la buena noticia de Cristo de tal modo que, ya sea que los vea o no, pueda saber cómo están: que permanecen firmes y en plena armonía unos con otros, unidos en espíritu mientras trabajan juntos por la fe de la buena noticia.


Simplemente necesitamos asegurarnos de seguir lo que ya hemos entendido.


Deben valorarlos grandemente en amor por la obra que hacen. Vivan en paz unos con otros.


En cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y la manera como nos reuniremos con él, hermanos y hermanas,


Ante Dios y Cristo Jesús, y ante los santos ángeles, yo te instruyo con estas indicaciones sin prejuicio alguno. No actúes con favoritismo.


Te pido, ante Dios y ante Cristo Jesús, que juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga a establecer su reino:


Cuando llegaron, les dijeron a las tribus de Rubén y Gad, y a la media tribu de Manasés:


Amigos míos, les ruego como si fueran extranjeros en este mundo, que no se rindan ante los deseos físicos que están en oposición a lo espiritual.


Pero después de que hayan sufrido un poco, el Dios de toda gracia, que los llamó a su gloria eterna en Cristo, él mismo los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y les dará un fundamento sólido.


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