Mateo 8:15 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

¹⁵ Jesús tocó su mano y la fiebre desapareció de inmediato; luego, ella se levantó de su cama y sirvió a Jesús.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Jesús le tocó la mano, y la fiebre se fue. Entonces ella se levantó y le preparó una comida.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ Jesús le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y comenzó a atenderle.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ y tocando su mano, la fiebre la dejó; y fue levantada, y lo servía.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ le tocó la mano y se le quitó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirle.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁵ Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

Mateo 8:15 Referencias Cruzadas

Mateo 14:36

y le suplicaban a Jesús que por lo menos les dejara tocar el borde de su manto y los que le tocaban, quedaban completamente sanos.

Mateo 20:34

Y Jesús, movido por la compasión, les tocó sus ojos y enseguida recobraron la vista, y le siguieron.

Mateo 8:14

Llegó Jesús a la casa de Pedro, y vio a la suegra de este acostada con fiebre.

Mateo 8:16

Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y Jesús expulsó a los espíritus con su palabra, y a todos los que estaban con algún tipo de mal, los sanó.

Mateo 8:3

Jesús extendió la mano, le tocó y le dijo: – Quiero; sé limpio. Y al instante, el leproso quedó sano.

Mateo 9:20

De pronto una mujer, que sufría por doce años de hemorragia, se acercó a Jesús por detrás, y tocó el borde de su manto;

Mateo 9:29

Al instante, Jesús les tocó sus ojos, diciéndoles: – Conforme a la fe de ustedes, quedan sanos.

Marcos 1:29

Después de haber salido de la sinagoga, llegaron a la casa de Simón y de su hermano Andrés, junto con Santiago y Juan.

Marcos 1:41

Jesús movido por una profunda compasión, extendió su mano, lo tocó y le dijo: – ¡Sí quiero, sé limpio!

Lucas 8:54

Pero Él la tomó por la mano y le dijo: – ¡Muchacha, levántate!