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Lucas 20:13 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

13 Entonces el dueño de la viña se dijo: “¿Qué haré?”, y luego pensó: “¡Ya sé! Enviaré a mi hijo amado. Quizás a él sí lo respeten”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 »“¿Qué haré? —se preguntó el dueño—. ¡Ya sé! Enviaré a mi querido hijo. Sin duda a él lo respetarán”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 El dueño de la viña se dijo entonces: ¿Qué hacer? Enviaré a mi hijo querido, pues a él lo respetarán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Dijo entonces el señor de la viña: ¿Qué haré?° Enviaré a mi hijo amado, quizás a éste respetarán.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 El dueño de la viña dijo entonces: '¿Qué voy a hacer? Les voy a mandar a mi hijo muy querido; seguramente que a éste lo respetarán'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá le respetarán cuando le vean.

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Lucas 20:13
19 Referencias Cruzadas  

Mientas Pedro aún hablaba, de pronto, una nube luminosa les cubrió a todos, y una voz que venía de la nube decía: – Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escúchenlo.


Y hubo una voz del cielo que decía: “Este es mi hijo amado, en quien mi alma está muy complacida”.


– Había en cierta ciudad un juez que no temía a Dios, ni tampoco respetaba a ninguna persona.


Y por mucho tiempo él no le hizo caso, pero a causa de tanta insistencia de la viuda, se dijo a sí mismo: “Aunque no temo a Dios, ni respeto a ninguna persona,


El dueño volvió a enviar a un tercer empleado, a este también los labradores lo hirieron y lo devolvieron con las manos vacías.


Al ver esto, los labradores discutían entre sí: “Este es el heredero. ¡Matémoslo y la herencia será nuestra!”.


Y desde la nube se escuchó una voz: – Este es mi Hijo Amado, el escogido, ¡Escúchenlo!.


Yo lo vi, lo viví y testifiqué que Él es el Hijo de Dios.


En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la carne anuló su poder; por eso Dios se donó a sí mismo a través de su Hijo que vino en una condición humana, semejante a la de los pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado y por medio de la humanidad de Cristo, Dios derrotó al pecado.


pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios mandó a su Hijo que nació de una mujer y vivió bajo la ley;


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