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Juan 13:5 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

5 Luego echó agua en una vasija y empezó a lavar los pies de sus discípulos y los secaba con la toalla.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 luego echó° agua en el lebrillo° y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla con que se había ceñido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

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Juan 13:5
30 Referencias Cruzadas  

y se colocó detrás de Jesús, llorando a sus pies, empezó a mojárselos con sus lágrimas, los secó con su cabello, los besó y los ungió con el perfume.


Y Jesús, señalando a la mujer, le dijo a Simón: – ¿Ves a esta mujer? Cuando entré a tu casa ni siquiera me diste agua para lavar mis pies; mientras que ella con sus lágrimas lavó mis pies y con sus cabellos los secó.


Jesús le dijo: – El que está bañado, no tiene necesidad de lavarse, excepto los pies; ya que ustedes están limpios, aunque no todos.


Cuando Jesús se acercó para lavarle los pies a Simón Pedro, este dijo: – Señor, ¿Tú me vas a lavar los pies?


Entonces Pedro contestó: – Maestro, nunca me lavarás los pies; Jesús le respondió: – Si no te lavo los pies, no estarás unido a mí.


Uno de los soldados, con su lanza, traspasó el costado de Jesús, e inmediatamente salió sangre y agua.


Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando el nombre de Jesucristo.


Muchos de ustedes en el pasado cometieron esos pecados, pero tuvieron una nueva oportunidad, han sido lavados, purificados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.


con el fin de santificarla, purificándola con el lavamiento del agua en la acción salvadora de Dios.


que haya mostrado un buen testimonio de vida, criado correctamente a sus hijos, que haya practicado la hospitalidad con los forasteros, que haya lavado los pies a los santos, y ayudado a los que sufren, en conclusión, que haya practicado toda buena obra cristiana.


acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y llenos de fe por identidad, interiormente purificados de una conciencia de maldad y exteriormente lavados con agua pura.


Pero si andamos constantemente en la luz, y como Jesucristo es la luz, tenemos comunión unos con otros y somos limpios de todo pecado por medio de la sangre de Jesucristo, Hijo de Dios por obediencia.


Este es el que vino mediante el agua y la sangre, Jesucristo; no solamente en agua, sino mediante el agua y la sangre; el Espíritu es el que testifica, pues el Espíritu es la verdad.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito que resucitó de entre los muertos, el que gobierna sobre los reyes del mundo. Cristo nos ama sacrificialmente y con su sangre nos liberó de nuestros pecados,


Yo le respondí: “Tú lo sabes, señor”. Entonces me dijo: “Son los que han pasado por un gran sufrimiento, han lavado su ropa y la blanquearon en la sangre del Cordero.


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