Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Hechos 9:33 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

33 Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

33 Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Allí conoció a un hombre llamado Eneas, quien estaba paralizado y postrado en cama hacía ocho años.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Allí encontró a un tal Eneas, que era paralítico y desde hacía ocho años yacía en una camilla.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

33 Y allí encontró a cierto hombre de nombre Eneas, quien estaba paralizado, acostado en un catre por ocho años.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Encontró allí a un hombre llamado Eneas, que desde ocho años atrás yacía en una camilla, porque estaba paralítico.

Ver Capítulo Copiar




Hechos 9:33
13 Referencias Cruzadas  

Su fama se extendió por toda Siria. Por eso, le llevaban a todos los que sufrían diversas enfermedades y los que sufrían de dolores graves. También le llevaban a los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y Jesús los sanaba.


Había entre la gente una mujer que hacía doce años que sufría de constantes derrames de sangre.


―¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? —le preguntó Jesús al padre. ―Desde que era niño —contestó—.


Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado?


Entre ellos se encontraba un hombre que tenía treinta y ocho años de estar enfermo.


A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.


Lo que no sabemos es cómo ahora puede ver, ni quién le abrió los ojos. Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo.


En Listra vivía un hombre que nació con un problema en sus piernas, de modo que no las podía mover. Nunca había podido caminar. Este hombre estaba sentado,


Junto a la entrada llamada Hermosa había un hombre paralítico de nacimiento. Todos los días lo dejaban allí para que pidiera dinero a los que entraban en el Templo.


Pues el hombre que había sido milagrosamente sanado tenía más de cuarenta años.


Pedro, que estaba recorriendo toda la región, fue también a visitar a los creyentes que vivían en Lida.


«Eneas —le dijo Pedro—, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama». Y al instante se levantó.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos