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Hechos 9:15 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

15 ―¡Ve! —insistió el Señor—, porque he elegido a ese hombre como mi instrumento. Él dará a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

15 El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 El Señor le dijo: —Ve, porque él es mi instrumento elegido para llevar mi mensaje a los gentiles y a reyes, como también al pueblo de Israel;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 El Señor le contestó: 'Vete. Este hombre es para mí un instrumento excepcional, y llevará mi Nombre a las naciones paganas y a sus reyes, así como al pueblo de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Pero el Señor le dijo: Ve, porque instrumento de elección° me es éste para llevar mi nombre delante de las naciones, y también de reyes, y de los hijos de Israel;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Pero el Señor le dijo: 'Vete, porque éste es mi instrumento escogido, para ser portador de mi nombre ante los gentiles y los reyes, y ante los israelitas;

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Hechos 9:15
38 Referencias Cruzadas  

Por mi causa los llevarán ante gobernadores y reyes para dar testimonio a ellos y a los incrédulos.


No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes. Y les encargué que vayan y den mucho fruto, un fruto que permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.


Mientras participaban en el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».


Después de saludarlos, Pablo les contó detalladamente lo que Dios había hecho entre los no judíos por medio de su ministerio.


Luego dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha elegido para que conozcas su voluntad. Él quiere que tú veas al Justo, es decir a Jesús, y que oigas el mensaje de su propia boca.


Pero el Señor me respondió: “Vete; yo te enviaré lejos, a los no judíos”».


―A mí también me gustaría oír a ese hombre —le dijo Agripa a Festo. ―Pues mañana mismo lo oirá usted —le contestó Festo.


Entonces Agripa le dijo a Pablo: ―Tienes permiso para defenderte. Pablo hizo una señal con la mano y comenzó así su defensa:


Y Agripa le dijo a Festo: ―Se podría poner en libertad a este hombre si no hubiera pedido que el césar lo juzgue.


y me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que presentarte ante el césar. Dios te ha escuchado y ninguno de los que navegan contigo morirá”.


Tres días más tarde, Pablo invitó a los dirigentes de los judíos. Cuando estuvieron reunidos, les dijo: ―Amigos israelitas, yo no he hecho nada contra mi pueblo ni contra las costumbres de nuestros antepasados. Sin embargo, los judíos me arrestaron en Jerusalén y me entregaron a los romanos.


»Por tanto, quiero que sepan que esta salvación de Dios se ha enviado a los no judíos. Y ellos sí escucharán».


Los saluda Pablo, servidor de Cristo Jesús, quien me llamó para ser su apóstol. Él me apartó para anunciar la buena noticia de Dios.


Por medio de él, y en honor a su nombre, fuimos llamados a ser apóstoles, para convencer a todas las naciones de creer en él y obedecerle.


Les hablo ahora a ustedes, los no judíos. Para mí es un honor haber sido enviado a ustedes y servirles.


Pero soy apóstol gracias al amor de Dios, aunque no merezco ese amor. Ese amor por mí ha dado resultados, pues he trabajado con más fuerza que los demás apóstoles. Sin embargo, reconozco que no soy yo quien lo ha logrado. Ha sido obra de Dios, quien me ha amado sin yo merecerlo.


Sin embargo, cuando predico el mensaje de la buena noticia, no tengo de qué sentirme orgulloso. Pues estoy bajo la obligación de hacerlo, y ¡pobre de mí si no lo hago!


Los saluda Pablo. Soy apóstol porque Jesucristo y Dios Padre así lo quisieron. Dios hizo que Jesucristo resucitara de entre los muertos. Así que ningún ser humano me nombró apóstol, sino él.


Yo, Pablo, estoy preso por anunciar el mensaje de Cristo Jesús, y lo he hecho por el bien de ustedes los no judíos.


Por eso me nombró predicador y apóstol de ese mensaje. Digo la verdad y no miento: Dios me hizo maestro de los no judíos para enseñarles la verdadera fe.


Dios me encargó anunciar ese mensaje, y me eligió como apóstol y maestro.


Ningún soldado que quiera agradar a su superior se enreda en cuestiones que no sean del ejército.


Le harán la guerra al Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes. Con él estarán aquellos que por él han sido llamados. Son sus elegidos, los que siempre le han sido fieles».


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