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Hechos 8:35 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

35 Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció la buena noticia acerca de Jesús.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Entonces, comenzando con esa misma porción de la Escritura, Felipe le habló de la Buena Noticia acerca de Jesús.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Felipe empezó entonces a hablar y a anunciarle a Jesús, partiendo de este texto de la Escritura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le proclamó a Jesús.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Tomó Felipe la palabra y, partiendo de esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús.

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Hechos 8:35
20 Referencias Cruzadas  

y, tomando él la palabra, comenzó a enseñarles diciendo:


Entonces les explicó todo lo que se decía de él en las Escrituras. Comenzó por el libro de Moisés y continuó en el libro de los Profetas.


Pedro tomó la palabra y dijo: ―Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos.


Sin embargo, había entre ellos algunas personas de Chipre y de Cirene. Estas personas llegaron a Antioquía y comenzaron a hablarles también a los de habla griega. Les anunciaron la buena noticia acerca del Señor Jesús.


Algunos filósofos epicúreos y estoicos se pusieron a conversar con él. Unos decían: «¿Qué querrá decir este charlatán?». Otros comentaban: «Parece que es predicador de dioses extranjeros». Decían esto porque Pablo les anunciaba la buena noticia de Jesús y de la resurrección.


Y es que Apolos les hablaba con fuerza y en público a los judíos. Discutía con ellos y, usando las Escrituras, les demostraba que Jesús es el Cristo.


Algunos judíos intentaban expulsar espíritus malignos usando el nombre del Señor Jesús. Les decían a los espíritus: «¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les ordeno que salgan!».


Señalaron un día para reunirse con Pablo, y fueron muchísimos más a la casa donde él estaba prisionero. Desde la mañana hasta la tarde estuvo explicándoles y hablándoles acerca del reino de Dios y tratando de convencerlos de creer en Jesús. En su explicación, Pablo usaba la Ley de Moisés y los libros de los Profetas.


Y él enviará al Cristo que ya había sido preparado para ustedes, el cual es Jesús.


Y día tras día, en el Templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar la buena noticia de que Jesús es el Cristo.


―Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el oficial etíope a Felipe.


En seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.


En cambio, nosotros predicamos de la muerte de Cristo en la cruz. Para los judíos este mensaje es una ofensa y para los no judíos es una locura.


Me propuse más bien olvidarme de muchas cosas y solo hablarles de lo que Jesucristo hizo en la cruz.


Hermanos de Corinto, les hemos hablado con toda franqueza. Les hemos abierto de par en par nuestro corazón.


Pues se les habló y se les enseñó toda la verdad que Jesús compartió.


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