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Hechos 4:29 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

29 Ahora, Señor, toma en cuenta sus amenazas. Y permite a tus siervos el anunciar tu palabra sin ningún temor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Y ahora, oh Señor, escucha sus amenazas y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Y ahora, Señor, fíjate en sus amenazas; concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda valentía,

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Y ahora Señor, considera sus amenazas, y concede a tus siervos hablar tu palabra con todo denuedo;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Ahora, pues, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar con toda entereza tu palabra;

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Hechos 4:29
27 Referencias Cruzadas  

Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los que no son judíos.


En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo. Hablaban valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su inmerecido amor. Lo confirmaba haciendo milagros y maravillas por medio de ellos.


Pablo entró en la sinagoga y habló allí con toda valentía durante tres meses. Discutía acerca del reino de Dios, tratando de convencerlos.


El rey conoce bien estas cosas, y por eso hablo ante él con tanto atrevimiento. Estoy convencido de que conoce todo esto, porque no sucedió en un rincón secreto.


Predicaba del reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.


Pedro y Juan eran personas sin estudios ni preparación. Por eso, al ver la valentía con que ellos hablaban, los gobernantes se quedaron asombrados. Reconocieron que habían estado con Jesús.


Después de nuevas amenazas, los dejaron irse. Por causa de la gente, no hallaban manera de castigarlos. Todos alababan a Dios por lo que había sucedido.


Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y predicaban la palabra de Dios sin ningún temor.


Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Bernabé les contó con detalle que Saulo había visto al Señor en el camino y le había hablado. Les contó que Saulo había predicado en Damasco y que lo hizo con libertad en el nombre de Jesús.


Así que Saulo se quedó con ellos y andaba por todas partes en Jerusalén, hablando abiertamente en el nombre del Señor.


Por esta razón, el que habla en lenguas pida en oración el don de interpretar lo que diga.


Así que, como estamos seguros de todo esto, actuamos con plena confianza.


Gracias a mis cadenas, ahora la mayoría de los hermanos en la fe tienen más confianza en el Señor y se han atrevido a anunciar sin temor el mensaje.


Y saben también que, a pesar de los sufrimientos y los insultos que antes recibimos en Filipos, nuestra confianza en nuestro Dios creció. Por eso nos atrevimos a comunicarles la buena noticia en medio de una gran lucha.


Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que por medio de mí se anunciara el mensaje y lo oyeran todos los que no creen en Dios. El Señor me salvó, como quien es librado de la boca de un león.


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