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Hechos 27:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

24 y me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que presentarte ante el césar. Dios te ha escuchado y ninguno de los que navegan contigo morirá”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 y dijo: “¡Pablo, no temas, porque ciertamente serás juzgado ante el César! Además, Dios, en su bondad, ha concedido protección a todos los que navegan contigo”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 y me dijo: 'Pablo, no tengas miedo: comparecerás ante el César, y Dios te concede la vida de todos los que navegan contigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 y me ha dicho: No temas Pablo. Tienes que comparecer ante César, y he aquí que Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 y me ha dicho: 'No tengas miedo, Pablo; tú has de comparecer ante el César, y en vista de ello, Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo'.

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Hechos 27:24
35 Referencias Cruzadas  

Por mi causa los llevarán ante gobernadores y reyes para dar testimonio a ellos y a los incrédulos.


No tengan miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Tengan miedo más bien del que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.


―¿Acaso el día no tiene doce horas? —respondió Jesús—. El que anda de día no tropieza, porque tiene la luz de este mundo.


Después de todo lo ocurrido, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén. De camino, pasó por Macedonia y Acaya. Y decía a todos: «Después de estar en Jerusalén, tengo que visitar Roma».


A la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «¡Ánimo! Así como has hablado de mí en Jerusalén, es necesario que lo hagas también en Roma».


Si soy culpable de haber hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero, si no son ciertas las acusaciones que presentan contra mí, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos para verlos contentos. ¡Que el mismo césar me juzgue!


Entonces Pablo les dijo al capitán y a los soldados: «Si esos no se quedan en el barco, no podrán salvarse ustedes».


Éramos en total doscientas setenta y seis personas en el barco.


Los soldados pensaron matar a los prisioneros para que ninguno escapara nadando.


A los demás les dijo que salieran agarrados de tablas o de restos del barco. De esta manera todos llegamos sanos y salvos a tierra.


―¡Ve! —insistió el Señor—, porque he elegido a ese hombre como mi instrumento. Él dará a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.


Además de eso, prepárame alojamiento, porque espero que Dios les conceda el tenerme otra vez con ustedes en respuesta a sus oraciones.


Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del que es bueno y honesto es poderosa y eficaz.


Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último,


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