Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Hechos 25:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

12 Después de consultar con sus asesores, Festo declaró: ―Has pedido que el césar te juzgue. ¡Al césar irás!

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondió: A César has apelado; a César irás.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Festo consultó con sus consejeros y después respondió: —¡Muy bien! Has apelado al César, ¡y al César irás!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Entonces Festo, después de hablar con su consejo, decidió: 'Has apelado al César; al César irás.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Entonces Festo, después de consultar con su consejo, respondió: A César has apelado, a César irás.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Entonces Festo, después de cambiar impresiones con el consejo, respondió: 'Has apelado al César, al César irás'.

Ver Capítulo Copiar




Hechos 25:12
17 Referencias Cruzadas  

Danos tu opinión: ¿Debemos pagar impuestos al césar o no?


Después de todo lo ocurrido, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén. De camino, pasó por Macedonia y Acaya. Y decía a todos: «Después de estar en Jerusalén, tengo que visitar Roma».


A la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «¡Ánimo! Así como has hablado de mí en Jerusalén, es necesario que lo hagas también en Roma».


Si soy culpable de haber hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero, si no son ciertas las acusaciones que presentan contra mí, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos para verlos contentos. ¡Que el mismo césar me juzgue!


Pasados algunos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para saludar a Festo.


Pero Pablo pidió que fuera el césar quien lo juzgara. Entonces ordené que quedara detenido hasta ser llevado a Roma.


Y Agripa le dijo a Festo: ―Se podría poner en libertad a este hombre si no hubiera pedido que el césar lo juzgue.


Decidieron enviarnos a Italia por barco. Pablo y algunos otros presos fueron entregados a un capitán del ejército romano llamado Julio, que pertenecía al batallón imperial.


Cuando llegamos a Roma, a Pablo se le permitió tener su propia casa, con un soldado que lo vigilara.


Tengo el gran deseo y la firme confianza de que en nada seré avergonzado. Al contrario, ya sea que yo viva o muera, ahora y siempre quiero ser valiente, para que Cristo sea grandemente alabado por medio de mí.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos