Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Hechos 24:25 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

25 Pablo les habló sobre la justicia, el dominio propio y el juicio que vendrá de parte de Dios. Entonces Félix tuvo miedo y le dijo: «¡Basta por ahora! Puedes retirarte. Cuando crea conveniente, te mandaré llamar otra vez».

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

25 Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Al razonar Pablo con ellos acerca de la justicia, el control propio y el día de juicio que vendrá, Félix se llenó de miedo. «Vete por ahora —le dijo—. Cuando sea más conveniente, volveré a llamarte».

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Pero cuando habló de la justicia, del dominio de los instintos y del juicio futuro, Félix se asustó y le dijo: 'Por ahora puedes irte; te llamaré en otra oportunidad.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

25 Pero al disertar él sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix se llenó de temor y le dijo: ¡Vete por ahora! Cuando tenga un tiempo conveniente, te enviaré a llamar.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Pero cuando Pablo tocó el tema de la justicia y de la continencia y del juicio venidero, Félix, atemorizado, interrumpió: 'Por ahora, basta. Cuando tenga ocasión propicia, te llamaré'.

Ver Capítulo Copiar




Hechos 24:25
99 Referencias Cruzadas  

Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a su negocio.


Y, cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio.


Él nos mandó a predicar al pueblo y a anunciar que él ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos.


Los judíos de Tesalónica se enteraron de que Pablo también estaba en Berea predicando el mensaje de Dios. Así que fueron allá para armar escándalo y alborotar a la gente.


Como era su costumbre, Pablo entró en la sinagoga. Y durante tres sábados seguidos discutió con ellos, haciendo uso de las Escrituras.


Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron: ―Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema.


Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: ―Amigos, ¿qué debemos hacer?


Tengo la misma esperanza que estos hombres tienen. Es decir, que Dios hará resucitar a los justos y a los injustos.


Félix también esperaba que Pablo le ofreciera dinero a cambio de su libertad. Es por eso que mandaba llamarlo con frecuencia y conversaba con él.


―¿En tan poco tiempo piensas convencerme de ser cristiano? —le dijo Agripa. Pablo le respondió:


Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.


Por lo tanto, hermanos en la fe, les ruego que tomen en cuenta la gran bondad de Dios. Así que, ofrezcan todo su ser como un sacrificio vivo y agradable a Dios. Esa es la verdadera adoración que él merece.


Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas ante Dios.


Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona. Así lo afirma el mensaje de la buena noticia, el cual yo predico.


Por lo tanto, no juzguen a nadie antes de tiempo. Esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.


Pues es necesario que todos nos presentemos ante el tribunal de Cristo. Allí cada uno recibirá lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.


Porque él dice: «En el momento preciso te escuché, y el día que necesitabas salvación te ayudé». Les digo que este es el momento preciso elegido por Dios. ¡Hoy es el día de salvación!


Pero la Escritura dice que todo el mundo es dominado por el pecado. Por eso, los que creen en Jesucristo recibirán lo prometido por Dios.


humildad y dominio propio. No hay ley que esté en contra de estas cosas.


Cristo Jesús vendrá como Rey para juzgar a los vivos y a los muertos. Por eso, delante de Cristo y de Dios, te doy esta importante tarea:


Al contrario, debe ser hospitalario, amigo del bien, inteligente, justo, santo y disciplinado.


Tan terrible era este espectáculo que Moisés dijo: «Estoy temblando de miedo».


Más bien, mientras aún haya oportunidad de escuchar su voz, anímense unos a otros cada día. Así ninguno de ustedes se volverá rebelde, engañados por el pecado.


La promesa de gozar de su descanso todavía permanece. Pero debemos tener cuidado, pues alguno de ustedes podría quedarse sin disfrutarlo.


Dejemos ya la enseñanza sobre bautismos, el poner las manos sobre otros, la resurrección de los muertos y el juicio eterno.


Dios estableció que los seres humanos mueran una sola vez, y que después venga el juicio.


¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan de miedo.


Más bien, reconozcan en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre listos para responder a todo el que les pida una explicación de la confianza que tienen en Dios.


Esfuércense también en tener dominio propio y, además del dominio, tengan paciencia, y a la paciencia agreguen entrega a Dios.


En esto se reconocen los que son hijos de Dios y los que son hijos del diablo: el que no hace lo que es bueno ni ama a su hermano en la fe no es hijo de Dios.


Queridos hijos en la fe, que nadie los engañe. El que hace lo bueno se comporta como una persona justa, así como Jesucristo es justo.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos