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Hechos 18:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

24 Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, nacido en Alejandría. Era un hombre educado y convencía a la gente, pues conocía bien las Escrituras.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

24 Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Mientras tanto, un judío llamado Apolos —un orador elocuente que conocía bien las Escrituras— llegó a Éfeso desde la ciudad de Alejandría, en Egipto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, había llegado a Efeso. Era un orador elocuente y muy entendido en las Escrituras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Llegó entonces a Éfeso cierto judío de nombre Apolos, alejandrino de origen, varón elocuente y poderoso en las Escrituras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Llegó a Éfeso un judío, por nombre Apolo, alejandrino de origen, hombre elocuente y versado en las Escrituras.

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Hechos 18:24
22 Referencias Cruzadas  

―Todo maestro de la Ley que ha sido instruido acerca del reino de los cielos es como el dueño de una casa, que de lo que tiene guardado saca tesoros nuevos y viejos.


―¿Qué es lo que ha pasado? —les preguntó. Ellos respondieron: ―Lo de Jesús de Nazaret. Era un profeta, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo.


Al llegar a Éfeso, Pablo se separó de sus compañeros y entró en la sinagoga. Allí les habló a los judíos acerca de Jesús.


pero al despedirse les prometió: «Ya volveré, si Dios quiere». Y se fue de Éfeso en un barco.


Y es que Apolos les hablaba con fuerza y en público a los judíos. Discutía con ellos y, usando las Escrituras, les demostraba que Jesús es el Cristo.


Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones montañosas y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.


Allí el capitán encontró un barco de Alejandría que iba para Italia, y nos hizo subir a bordo.


Con él se pusieron a discutir unos hombres de la sinagoga llamada de los Libertos. Entre ellos había judíos de Cirene y de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia.


Así Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso en palabra y en obra.


Me refiero a que unos dicen: «Yo soy seguidor de Pablo»; otros afirman: «Yo sigo a Apolos»; otros: «Yo, a Pedro»; y aún otros: «Yo, a Cristo».


En cuanto a Apolos, nuestro hermano en la fe, le rogué insistentemente que en compañía de otros creyentes les hiciera una visita. No quiso de ninguna manera ir ahora, pero lo hará cuando se le presente la oportunidad.


Hermanos en la fe, he hablado de Apolos y de mí mismo para que ustedes me entiendan mejor. Si siguen nuestro ejemplo, aprenderán aquello de «no ir más allá de lo que dicen las Escrituras». Así ninguno de ustedes podrá sentirse orgulloso afirmando que uno es mejor que el otro.


Hay algunos que dicen: «Sus cartas son duras y fuertes, pero él en persona no impresiona a nadie, y como predicador es un fracaso».


Que toda la riqueza de las enseñanzas de Cristo los guíe siempre. Si tienen que enseñar o dar un consejo, háganlo con toda sabiduría. Canten salmos, himnos y canciones espirituales para que den gracias a Dios de todo corazón.


Ayuda en todo lo que puedas al abogado Zenas y a Apolos, de modo que no les falte nada para su viaje.


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