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Hechos 18:21 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

21 pero al despedirse les prometió: «Ya volveré, si Dios quiere». Y se fue de Éfeso en un barco.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

21 sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Éfeso.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Al irse, sin embargo, dijo: «Si Dios quiere, regresaré». Entonces zarpó de Éfeso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 y se despidió de ellos con estas palabras: 'Si Dios quiere, volveré de nuevo por aquí. Y se fue de Efeso por mar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 y se despidió de ellos diciéndoles: Regresaré a vosotros si Dios quiere.° Y zarpó de Éfeso.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 sino que, diciéndoles al despedirse: 'Volveré a vosotros de nuevo, si Dios quiere', partió de Éfeso.

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Hechos 18:21
28 Referencias Cruzadas  

Yendo un poco más allá, se arrodilló, se inclinó hasta tocar el suelo con su rostro, y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».


Cuando se despidió, fue a la montaña para orar.


Otro afirmó: ―Te seguiré, Señor; pero primero déjame despedirme de mi familia.


No coman carne de animales sacrificados en honor a los ídolos, tampoco la sangre o la carne de animales estrangulados. Y no tengan relaciones sexuales prohibidas en la Ley de Moisés. Bien harán ustedes si evitan estas cosas. Con nuestros mejores deseos.


Al llegar a Éfeso, Pablo se separó de sus compañeros y entró en la sinagoga. Allí les habló a los judíos acerca de Jesús.


Estos le pidieron que se quedara más tiempo con ellos. Él no aceptó,


Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, nacido en Alejandría. Era un hombre educado y convencía a la gente, pues conocía bien las Escrituras.


Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones montañosas y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.


Cuando se enteraron los judíos y los griegos que vivían en Éfeso, el temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús recibía la gloria.


Después de todo lo ocurrido, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén. De camino, pasó por Macedonia y Acaya. Y decía a todos: «Después de estar en Jerusalén, tengo que visitar Roma».


Pablo había decidido no parar en Éfeso para no demorarse en la provincia de Asia. Tenía prisa por llegar a Jerusalén para el día de Pentecostés, si fuera posible.


Como no logramos convencerlo, dejamos de insistir. Y dijimos: ―¡Que se haga la voluntad del Señor!


Ya antes habían visto en la ciudad a Trófimo el efesio en compañía de Pablo y suponían que Pablo lo había metido en el Templo.


Siempre le pido en mis oraciones que, si es su voluntad, por fin se me dé la oportunidad de ir a visitarlos.


De este modo, por la voluntad de Dios, llegaré a ustedes con alegría y podré descansar entre ustedes por algún tiempo.


En Éfeso me tuve que enfrentar a personas que parecían animales salvajes. Pero, si los muertos no resucitan, ¿qué gané con eso? Si los muertos no resucitan, «¡comamos y bebamos, que mañana moriremos!».


Esta vez no quiero verlos solo de paso. Más bien, espero permanecer algún tiempo con ustedes, si el Señor así lo permite.


Pero me quedaré en Éfeso hasta que llegue la fiesta de Pentecostés.


Lo cierto es que, si el Señor quiere, iré a visitarlos muy pronto. Ya veremos si esos orgullosos solo hablan palabras o si también hacen lo que dicen.


En fin, hermanos en la fe, alégrense, traten de que su fe sea cada vez más fuerte. Hagan caso de mi consejo, traten de estar de acuerdo en todo, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.


Los saluda Pablo. Soy apóstol de Cristo Jesús porque Dios así lo quiso. Esta carta va dirigida a los creyentes que están en Éfeso y que siguen confiando en Cristo Jesús.


Así avanzaremos hacia la madurez si Dios lo permite.


Más bien, debieran decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello».


Si es la voluntad de Dios, es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.


y me decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea».


»Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda en medio de los siete candelabros de oro dice esto:


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