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Hechos 15:22 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

22 Entonces los apóstoles y los líderes decidieron elegir a algunos de ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Lo hicieron de común acuerdo con toda la iglesia. Eligieron a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, que eran líderes reconocidos por los creyentes.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Entonces los apóstoles y los ancianos, junto con toda la iglesia de Jerusalén, escogieron delegados y los enviaron a Antioquía de Siria con Pablo y Bernabé para que informaran acerca de esta decisión. Los delegados escogidos eran dos de los líderes de la iglesia: Judas (también llamado Barsabás) y Silas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Entonces los apóstoles y los presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, decidieron elegir algunos hombres de entre ellos para enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Fueron elegidos Judas, llamado Barsabás, y Silas, ambos dirigentes entre los hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, enviar de entre ellos varones escogidos° a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas, el que se llamaba Barsabás, y a Silas, varones prominentes entre los hermanos;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Les pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir entre ellos, para enviar a Antioquía con Pablo y Bernabé, a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, hombres principales entre los hermanos,

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Hechos 15:22
29 Referencias Cruzadas  

Así que propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, apodado el Justo, y a Matías.


Los que habían huido a causa de la persecución que se desató por el caso de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía. Allí anunciaban el mensaje solamente a los judíos.


Sin embargo, había entre ellos algunas personas de Chipre y de Cirene. Estas personas llegaron a Antioquía y comenzaron a hablarles también a los de habla griega. Les anunciaron la buena noticia acerca del Señor Jesús.


La noticia de estas cosas llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén. Así que, mandaron a Bernabé a Antioquía.


Por aquel tiempo unos profetas bajaron de Jerusalén a Antioquía.


Con ellos mandaron la siguiente carta: Los apóstoles y los líderes, a los creyentes no judíos en Antioquía, Siria y Cilicia: Saludos, hermanos en la fe.


Así que de común acuerdo hemos decidido enviarles a algunos hombres. Ellos van acompañados de nuestros queridos hermanos Pablo y Bernabé.


Por tanto, les enviamos a Judas y a Silas para que les confirmen personalmente lo que les escribimos.


De camino a Jerusalén, pasaron por Fenicia y Samaria. Allí contaron cómo los no judíos habían creído en Jesús. Estas noticias llenaron de alegría a todos los creyentes.


Una vez despedidos, ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la congregación y entregaron la carta.


Judas y Silas, que también eran profetas, hablaron extensamente para animarlos y fortalecerlos.


Pablo, por su parte, eligió a Silas. Después, los creyentes oraron pidiendo al Señor que con amor cuidara a Pablo. Entonces él salió


Los dueños de la joven se dieron cuenta de que se les había acabado la esperanza de ganar dinero. Así que agarraron a Pablo y a Silas y los arrastraron a la plaza, ante las autoridades.


A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.


El carcelero pidió luz, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies de Pablo y de Silas.


Tan pronto como se hizo de noche, los creyentes enviaron a Pablo y a Silas a Berea. Al llegar, se dirigieron a la sinagoga de los judíos.


En seguida los creyentes enviaron a Pablo hasta la costa, pero Silas y Timoteo se quedaron en Berea.


Algunos de los judíos se convencieron y se unieron a Pablo y a Silas. También se les unieron un buen número de mujeres prominentes y muchos griegos que adoraban a Dios.


Silas y Timoteo llegaron de Macedonia. Entonces Pablo se ocupó por completo de anunciar el mensaje. Les presentaba a los judíos evidencias de que Jesús era el Cristo.


Los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que los samaritanos habían aceptado el mensaje de Dios. Entonces les enviaron a Pedro y a Juan.


Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre ustedes, siempre fue claro. Él nunca dijo «sí», para luego decir «no», y siempre cumplió lo que dijo.


Los saludan Pablo, Silvano y Timoteo. Esta carta va dirigida a la iglesia de los tesalonicenses. Ustedes pertenecen a Dios el Padre y al Señor Jesucristo. Le pido a Dios que les permita gozar de su inmerecido amor y les dé paz.


Los saludan Pablo, Silvano y Timoteo. Esta carta va dirigida a la iglesia de los tesalonicenses, que pertenece a Dios nuestro Padre y al Señor Jesucristo.


Les he escrito esta breve carta con la ayuda de Silvano, a quien considero un hermano en la fe en quien puedo confiar. Lo he hecho para animarlos y confirmarles que Dios los ama en verdad, aunque no lo merezcan. Nunca duden de su amor.


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