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Hebreos 10:19 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

19 Así que, hermanos en la fe, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo. Esto es posible por medio de la sangre que Jesús derramó en la cruz.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Así, pues, hermanos, no podemos dudar de que entraremos en el Santuario en virtud de la sangre de Jesús;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Así que, hermanos, teniendo confianza para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesús,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Así, pues, hermanos, tenemos entera confianza para entrar en el 'lugar santísimo' en virtud de la sangre de Jesús:

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Hebreos 10:19
20 Referencias Cruzadas  

También por medio de la fe en él, Jesucristo nos acerca al amor de Dios. Y ese amor es firme. Así que nos gozamos, porque tenemos la esperanza de compartir la gloria de Dios.


Y el Espíritu, que Dios les ha dado, no los hace otra vez esclavos del miedo. Al contrario, el Espíritu los adopta como hijos y les permite decirle a Dios: «¡Abba! ¡Padre!».


Pues gracias a lo que él hizo podemos acercarnos al Padre por medio de un mismo Espíritu.


Gracias a él, por medio de la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios.


Pues Dios no nos ha dado su Espíritu para que vivamos con timidez, sino con poder, amor y dominio propio.


Y, cuando los pecados han sido perdonados, ya no hace falta otro sacrificio por el pecado.


Así que no pierdan la confianza, porque esta será grandemente recompensada.


Así que seamos agradecidos, pues estamos recibiendo un reino que no se puede mover. Que esa gratitud nos haga adorar a Dios con humildad y obediencia, como a él le agrada,


Hermanos en la fe, Dios los ha llamado a ustedes para que formen parte de su pueblo santo. Por eso, pongan su atención en Jesús, a quien reconocemos como apóstol y sumo sacerdote.


Cristo, como Hijo de Dios, es obediente al guiar al pueblo de Dios que somos nosotros. Y continuaremos siendo su pueblo si nos mantenemos seguros y confiando con orgullo en nuestra salvación.


Así que acerquémonos con confianza al trono de Dios, pues allí, aunque no lo merecemos, encontraremos amor. Allí recibiremos misericordia y hallaremos que su amor inmerecido nos ayuda en el momento que más lo necesitemos.


Por eso puede salvar por completo a los que se acercan a Dios por medio de él. Y puede hacerlo porque vive para siempre, y nunca dejará de hablar a Dios en favor de ellos.


Cristo entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No entró con sangre de chivos y toros, sino con su propia sangre. Así logró para nosotros una liberación eterna.


Tras la segunda cortina estaba la parte llamada el Lugar Santísimo.


Ese amor llega a su perfección cuando vivimos en este mundo tal como vivió Jesús. Por eso, en el día del juicio podremos presentarnos con toda confianza.


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