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Hebreos 1:14 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

14 Pues todos los ángeles son solo espíritus que sirven a Dios. Él los envía para ayudar a los que han de ser salvos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Por lo tanto, los ángeles solo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Pues todos ellos no son más que funcionarios espirituales, y reciben una misión para bien de los que recibirán la salvación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que van a heredar salvación?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 ¿Y qué son todos los ángeles, sino espíritus al servicio de Dios, enviados para servir a los que van a heredar la salvación?

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Hebreos 1:14
65 Referencias Cruzadas  

Pero, cuando él estaba pensando hacer esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños. El ángel le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha quedado embarazada por obra del Espíritu Santo.


El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los malvados y los que hacen que otros también practiquen la maldad.


»Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.


Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».


Y al sonido de la gran trompeta mandará a sus ángeles, y reunirán a mis seguidores de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo.


»Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.


Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles llegaron a servirle.


Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se arrodilló delante de él. ―Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?


―Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes de Dios —le contestó el ángel—. He sido enviado para hablar contigo y darte estas buenas noticias.


Cuando terminaron los días de su servicio, regresó a su casa.


»Resulta que murió el mendigo, y los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham. También murió el rico, y lo enterraron.


De repente aparecieron muchos ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:


Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor.


La noticia de estas cosas llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén. Así que, mandaron a Bernabé a Antioquía.


Al instante un ángel del Señor lo hirió, porque no le había dado la gloria a Dios. Herodes murió comido de gusanos.


De repente apareció un ángel del Señor y una luz resplandeció en la celda. Despertó a Pedro con unas palmadas en el costado y le dijo: «¡Date prisa, levántate!». Las cadenas cayeron de las manos de Pedro.


Mientras participaban en el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».


De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.


Anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y sirvo,


Pero en la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó.


Quisiera ver si de algún modo despierto los celos de mi propio pueblo, para así salvar a algunos de ellos.


Por eso mismo pagan ustedes impuestos a las autoridades, pues están al servicio de Dios. Ellas se dedican precisamente a gobernar.


Él me envió como servidor de Cristo Jesús para ayudar a los no judíos. Yo tengo el deber sacerdotal de anunciar la buena noticia de Dios a los no judíos. De esta manera los presentaré como si fueran una ofrenda aceptable ante Dios. Una ofrenda que el Espíritu Santo ha separado como especial.


Lo hicieron de buena voluntad, aunque en realidad era su obligación hacerlo. Pues, si los no judíos han participado de las bendiciones espirituales de los judíos, están en deuda con ellos para servirles con las bendiciones materiales.


Y, si somos hijos, somos herederos de Dios. Herederos junto con Cristo, pues, si ahora sufrimos como él sufrió, también compartiremos su gloria.


Dios es sabio, y por eso no quiso que el mundo lo conociera mediante la sabiduría humana. En cambio, decidió salvar a los que creen, por medio de la predicación de un mensaje que parece locura.


Esta manera de servir a los demás no solo suple las necesidades de los creyentes, también hace que ellos den muchísimas gracias a Dios.


Y, si ustedes pertenecen a Cristo, son entonces parte de la familia de Abraham y tienen derecho a recibir la promesa que Dios le hizo.


Por lo tanto, sepan que los verdaderos descendientes de Abraham son aquellos que tienen fe.


Así que los que viven confiando en Dios son bendecidos por él junto con Abraham, el hombre de fe.


Según ese plan, los no judíos, junto con Israel, tienen el derecho de recibir las ricas bendiciones de Dios. Son parte de un mismo pueblo y participan de las promesas de Dios. Todo eso, gracias a Cristo Jesús y por aceptar el mensaje de la buena noticia.


La fe que ustedes tienen los mueve a presentarse ante Dios como una ofrenda de servicio y sacrificio. Y, si tuviera que dar mi vida para acompañar su ofrenda, me daría mucha alegría. Alegría que comparto con todos ustedes.


Ahora bien, creo que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito. Ustedes me enviaron a este hermano en la fe, colaborador y compañero de lucha, para atenderme en mis necesidades.


Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros. Esto sucederá cuando el Señor Jesús regrese, cuando aparezca en el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles.


Así lo hizo para que, siendo declarados justos por medio de su amor inmerecido, llegáramos a tener la confianza de recibir la vida eterna.


Todo sacerdote celebra el culto día tras día. Una y otra vez ofrece los mismos sacrificios, los cuales nunca pueden quitar los pecados.


Si eso fue así, entonces ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los que la recibieron nos confirmaron que era verdad.


Así fue como Dios lo hizo perfecto, para que llegara a ser autor de salvación eterna para todos los que lo obedecen.


No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su confianza y paciencia recibirán las promesas.


También Dios quiso demostrarles claramente a los que recibirán la promesa que su propósito no cambia. Por eso, la confirmó con un juramento.


Pero el trabajo sacerdotal que Jesús ha recibido es superior al de ellos. De igual manera, el pacto que Dios ha hecho con nosotros por medio de Jesús es superior al antiguo, ya que se basa en mejores promesas.


De igual manera, Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos. Después aparecerá por segunda vez. Pero ya no vendrá para morir por el pecado de alguno, sino para traer salvación a quienes esperan su regreso.


Escuchen, mis queridos hermanos en la fe: Recuerden que Dios ha elegido a los pobres de este mundo, para hacerlos ricos en fe y herederos del reino que prometió a los que lo aman.


A esos profetas se les hizo saber que anunciaban algo que no era para ellos, sino para ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado a ustedes los que les predicaron la buena noticia. Hablaban por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Estas son cosas que aun los mismos ángeles quisieran poder ver.


Así que Dios nos dará algo que no se destruye ni se mancha ni se envejece. Ese regalo está reservado para ustedes en el cielo.


De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos con sus esposas. Cada uno debe tratar a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada. Recuerden que a ambos les ha prometido Dios la vida eterna. Si hacen esto, Dios escuchará sus oraciones.


También Enoc, nuestro séptimo antepasado a partir de Adán, profetizó acerca de ellos: «Miren, el Señor viene con una gran cantidad de sus ángeles


Entonces vi a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Estaba en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y de los líderes. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.


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