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Filipenses 1:17 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

17 Otros, los que predican a Cristo por interés personal y no lo hacen con honestidad, creen que así van a hacerme sufrir más en mi prisión.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

17 pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Los otros no tienen intenciones puras cuando predican de Cristo. Lo hacen con ambición egoísta, no con sinceridad sino con el propósito de que las cadenas me resulten más dolorosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 A los primeros, en cambio, les falta sinceridad; anuncian a Cristo por llevarme la contraria, y creen que con eso me hacen más amarga la cárcel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 pero aquéllos, predican al Mesías por rivalidad egoísta, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 aquéllos otros anuncian a Cristo por rivalidad, no nobles sentimientos, creyendo que añaden tribulación a mis cadenas.

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Filipenses 1:17
16 Referencias Cruzadas  

Pero tengan en cuenta que no hay por qué preparar una defensa con anticipación.


«Amigos israelitas y líderes del pueblo, escuchen ahora mi defensa».


Entonces Agripa le dijo a Pablo: ―Tienes permiso para defenderte. Pablo hizo una señal con la mano y comenzó así su defensa:


Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió. ―¡Estás loco, Pablo! —le gritó—. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.


Pero a los que son egoístas, los que rechazan la verdad para seguir la maldad, Dios les dará un gran castigo.


¿Qué importa? Al fin y al cabo, y sea como sea, con motivos falsos o con sinceridad, se predica a Cristo. Por eso me alegro; es más, seguiré alegrándome.


Y está bien que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón. Dios me dio el inmerecido privilegio de anunciar la buena noticia, y ustedes me han ayudado a hacerlo. Lo han hecho mientras he estado en la cárcel o he tenido que defender y confirmar la buena noticia.


No hagan nada por egoísmo o por orgullo. Más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.


Por eso me nombró predicador y apóstol de ese mensaje. Digo la verdad y no miento: Dios me hizo maestro de los no judíos para enseñarles la verdadera fe.


por la que sufro en gran manera, hasta el punto de llevar cadenas como un criminal. Pero la palabra de Dios no está encadenada.


En mi primera defensa ante las autoridades de Roma, nadie me respaldó, sino que todos me abandonaron. Espero que Dios no los castigue por eso.


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