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Colosenses 3:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 Así como Cristo resucitó, Dios también los resucitó a ustedes. Por eso, vivan pensando en las cosas del cielo, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Si han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Si pues fuisteis resucitados juntamente con el Mesías, buscad las cosas de arriba, donde está el Mesías sentado a la diestra de Dios.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Si, pues, habéis sido resucitados juntamente con Cristo, buscad lo de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios.

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Colosenses 3:1
39 Referencias Cruzadas  

»“Dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’ ”.


―Tú lo has dicho —respondió Jesús—. Pero yo les digo a todos: De ahora en adelante ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.


Más bien, acumulen para sí tesoros en los cielos, donde ni la polilla ni el moho destruyen, ni los ladrones se meten a robar.


Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y Dios les añadirá todas estas cosas.


David mismo, hablando por el Espíritu Santo, declaró: »“Dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’ ”.


―Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.


Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.


Vendan sus bienes y den a los pobres. Consigan bolsas que no se rompan y un tesoro en el cielo que no se agote. Allí no hay ladrón que llegue ni polilla que destruya.


David mismo declara en el libro de los Salmos: »“Dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha,


Pero de ahora en adelante el Hijo del hombre estará sentado a la derecha del Dios Todopoderoso.


David no subió al cielo, y sin embargo declaró: »“Dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha,


Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.


¿Quién los castigará? Nadie, pues Cristo Jesús murió por ellos, y también resucitó, y está a la derecha de Dios. Y desde ese sitio de honor ruega a Dios por nosotros.


Si solo pensamos en hacer lo malo, encontraremos la muerte. Pero, si dejamos que el Espíritu controle nuestra mente, tendremos vida y paz.


Así que no ponemos nuestra atención en las dificultades que ahora vemos, sino en cosas que no se ven. Pues lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.


Y el que bajó es el mismo que subió a lo más alto del cielo, para llenar todo el universo con su presencia.


Esposas, obedezcan a sus esposos como al Señor.


Gracias a Cristo ustedes ya no son dominados por los poderes que gobiernan este mundo. Entonces, ¿por qué viven como si pertenecieran al mundo?, ¿por qué todavía obedecen reglas como:


Concentren su atención en las cosas del cielo, no en las de la tierra.


Dios jamás ha dicho a uno de sus ángeles: «Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies».


El Hijo refleja el brillo de la gloria de Dios. Es la fiel imagen de lo que Dios es. Él es quien mantiene el universo en existencia, por medio del poder de su palabra. Después de morir para perdonarnos nuestros pecados, subió al cielo y se sentó a la derecha del trono majestuoso de Dios.


Pero Jesucristo, como sacerdote, ofreció por los pecados un solo sacrificio para siempre. Después se sentó a la derecha de Dios.


Fijemos la mirada en la meta, que es Jesús, quien nos dio y perfeccionó nuestra fe. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ella significaba. Y ahora está sentado en el sitio de más honor, al lado derecho del trono de Dios.


Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es este: tenemos un sumo sacerdote que se sentó en el sitio de más honor, al lado derecho del trono de la Majestad en el cielo.


Él subió al cielo y tomó su lugar a la derecha de Dios, y los ángeles y los espíritus con autoridad y poder lo obedecen.


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