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Colosenses 2:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

2 Quiero que lo sepan para que cobren ánimo y permanezcan unidos por amor. Que tengan completa seguridad y entendimiento porque con ambas cosas conocerán el plan que Dios tenía en secreto. Y ese plan era darnos a Cristo,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Quiero que ellos cobren ánimo y estén bien unidos con fuertes lazos de amor. Quiero que tengan la plena confianza de que entienden el misterioso plan de Dios, que es Cristo mismo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Pido que tengan ánimo, que se afiancen en el amor y que tengan plenamente desarrollados los dones de entendimiento, para que puedan penetrar en el gran secreto de Dios, que es Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar toda riqueza de plena certidumbre del entendimiento, a fin de conocer completamente° el misterio de Dios: El Mesías;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 para que se consuelen sus corazones, caminen unidos en amor y alcancen toda la riqueza de la plenitud de la inteligencia en el profundo conocimiento del misterio de Dios, Cristo,

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Colosenses 2:2
58 Referencias Cruzadas  

En aquel tiempo Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. Te alabo porque has escondido estas cosas de los sabios e instruidos, y se las has revelado a los que son como niños.


»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.


Él les respondió: ―A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos, no.


Muchos han querido escribir la historia de las cosas que han pasado entre nosotros.


Pero, si las hago, aunque no me crean a mí, crean a mis obras. Así sabrán y entenderán que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre.


Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.


Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.


Pero Jesús les respondía: ―Mi Padre aún hoy está trabajando, y yo también trabajo.


Así lo hizo para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.


Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.


Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían.


Le pido a Dios, quien da esperanza, que los llene de toda alegría y paz. Pues ustedes creen en él, y quiero que el poder del Espíritu Santo los llene de confianza.


El Dios eterno ocultó su plan durante largos siglos, pero ahora lo ha revelado en los libros de los Profetas. Así lo había ordenado él, para que todas las naciones crean y obedezcan al Señor. La buena noticia que a todos anuncio y lo que enseño acerca de Cristo puede fortalecer su fe, para que nunca dejen de creer en él.


No reconoces que Dios es bueno, que tiene paciencia y soporta tu mala conducta. Él está buscando que te arrepientas, pero desprecias su gran bondad.


Así todos pueden comunicar el mensaje por turno, para que todos aprendan y reciban consuelo.


Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu de Dios. Por eso podemos entender lo que Dios ha hecho por nosotros al mostrarnos su amor inmerecido.


Ya no importa si son judíos o griegos, esclavos o libres, hombres o mujeres, sino que todos ustedes son iguales gracias a Cristo Jesús.


Al derramar su sangre, Cristo nos hizo libres y perdonó nuestros pecados, porque su amor es muy grande. No merecíamos tanto amor,


Él es inmensamente rico y poderoso. Por eso le pido en oración que, por medio del Espíritu, les dé un espíritu fuerte, para que no se desanimen por nada.


Ese plan lo mantenía en secreto, pero me lo dio a conocer a mí. Ya les he escrito brevemente acerca de ese plan.


Lo envío a ustedes precisamente para que sepan cómo estamos y se animen.


Al estar unidos a Cristo, ustedes sienten el deseo de animar a otros. El amor que tienen los mueve a dar consuelo. El Espíritu los une y sienten compasión por otros.


Cuando comparo todo con el inmenso valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, me doy cuenta de que nada tiene importancia. Por él lo he dejado todo, y lo considero basura, pues todo cuanto quiero es a Cristo.


Me ha dado la tarea de anunciar el plan que mantenía en secreto por muchos siglos, pero que ahora se ha revelado a su pueblo santo.


Dios se propuso revelarles cuál es la gloriosa riqueza de ese plan secreto para todas las naciones. Y el plan es que Cristo viva en ustedes, y les dé la seguridad de compartir la gloria de Dios.


Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer completamente su voluntad y les dé sabiduría y el entendimiento que da el Espíritu.


No se mantienen firmemente unidos a Cristo, quien gobierna la iglesia. Es Cristo quien hace que la iglesia sea fuerte y que todos sus miembros se mantengan unidos. Dios hace crecer la iglesia como él quiere.


Por encima de todo, tengan amor los unos por los otros, porque el amor los mantendrá perfectamente unidos.


Oren además por nosotros para que Dios nos abra la oportunidad de anunciar el mensaje del plan que Dios mantenía en secreto, que es Cristo, y por el cual estoy preso.


Lo envío a ustedes precisamente para que sepan cómo estamos y se animen.


Pues nuestra buena noticia les llegó no solo con palabras, sino también con demostraciones de poder. Es decir, vieron cómo actúa el Espíritu Santo por medio de nosotros y eso los convenció profundamente. Como bien saben, estuvimos entre ustedes solo para su bien.


Así que les enviamos a Timoteo, nuestro hermano en la fe y colaborador de Dios en el anuncio de la buena noticia de Cristo. Lo enviamos para que los animara a seguir confiando firmemente en Jesús.


Hermanos en la fe, también les rogamos que llamen la atención a los perezosos, denles ánimo a los desanimados, ayuden a los débiles y sean pacientes con todos.


No hay duda de que son grandes las verdades de nuestra fe: Cristo se presentó como hombre; fue declarado justo por el Espíritu, visto por los ángeles, y anunciado entre las naciones. El mundo ha creído en él, y Dios lo recibió con gloria.


Acerquémonos entonces a Dios con corazón sincero y con la completa seguridad que da la fe. Cristo nos ha limpiado de pecado, como quien es bañado con agua pura. Por eso, acerquémonos con una conciencia tranquila.


Pero deseamos que cada uno de ustedes siga mostrando hasta el final ese mismo esfuerzo. Así podrán ver completamente cumplida la promesa en la que han confiado.


Por eso, hermanos en la fe, hagan el doble de esfuerzo por vivir así, para que demuestren que han sido llamados y elegidos por Dios. Si hacen estas cosas, nunca les irá mal en la vida.


Dios, por su poder, nos ha dado todas las cosas que necesitamos para vivir como él manda. Todo esto lo recibimos cuando Dios nos permitió conocer a Cristo, quien nos llamó a disfrutar de su gloria y perfección.


Más bien, sean cristianos maduros que cada día conocen mejor al Señor y Salvador Jesucristo, y que cada día disfrutan más de su amor inmerecido. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.


Nosotros sabemos que decimos la verdad cuando nos sentimos confiados delante de Dios.


Tres cosas son las que dicen que esto es cierto,


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