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1 Timoteo 6:20 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

20 Timoteo, ¡cuida de hacer bien el trabajo que Dios te ha confiado! Evita las discusiones por cuestiones de este mundo, eso no produce nada. Son discusiones de gente que cree tener conocimiento, pero eso es mentira.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

20 Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Timoteo, cuida bien lo que Dios te ha confiado. Evita las discusiones mundanas y necias con los que se oponen a ti, con su así llamado «conocimiento».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Timoteo, conserva el depósito, evita las palabrerías inútiles y mundanas así como las discusiones procedentes de una falsa ciencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 ¡Oh Timoteo! guarda lo que se te encomendó,° evitando profanas y vanas palabrerías, y los argumentos de la falsamente llamada° ciencia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Timoteo, guarda el depósito que se te ha confiado y evita los discursos vacíos y perniciosos y las contradicciones de la pretendida ciencia.

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1 Timoteo 6:20
30 Referencias Cruzadas  

Pablo llegó a Derbe y después a Listra. Allí se encontró con un discípulo llamado Timoteo, que era hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego.


Algunos filósofos epicúreos y estoicos se pusieron a conversar con él. Unos decían: «¿Qué querrá decir este charlatán?». Otros comentaban: «Parece que es predicador de dioses extranjeros». Decían esto porque Pablo les anunciaba la buena noticia de Jesús y de la resurrección.


Es que todos los atenienses y extranjeros de allí solo se dedicaban a escuchar y comentar las últimas novedades.


Decían que eran sabios, pero se volvieron tontos.


Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los judíos se les confió el mensaje de Dios.


En cambio, a los que ya entienden mejor lo que han creído, les hablo con sabiduría. Pero no se trata de la sabiduría de este mundo ni la de sus gobernantes, los cuales serán olvidados.


Porque Dios considera que la sabiduría de este mundo es locura. Como dicen las Escrituras: «Él atrapa a los sabios en su propia trampa».


No se dejen criticar de esos que mienten diciendo que son humildes y adoran ángeles. Dicen que tienen visiones, pero no es verdad. Se sienten orgullosos de su malvada manera de pensar.


Cuídense de que nadie los engañe con ideas y pensamientos que parecen llenos de sabiduría. Son solo enseñanzas humanas que vienen de los poderes de este mundo. No son las enseñanzas de Cristo.


Así que nos sentimos orgullosos de ustedes ante las iglesias de Dios. Pues ustedes continúan confiando en Dios a pesar de soportar toda clase de persecuciones y sufrimientos.


Así que, hermanos en la fe, sigan confiando firmemente en Dios y obedezcan sin falta las enseñanzas que les hemos dado o escrito por carta.


Y esa enseñanza la hemos recibido a través del glorioso mensaje de la buena noticia que nuestro Dios bendito me ha confiado.


Esta carta va dirigida a ti, Timoteo, mi verdadero hijo en la fe. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Señor que te permitan gozar de su inmerecido amor, de su bondad y de su paz.


Diles que dejen de prestar atención a leyendas y a largas listas de antepasados. Esas cosas provocan discusiones sin sentido. En nada ayudan a la gente a confiar en el plan de Dios.


Algunos han dejado de ser así y se han enredado en discusiones inútiles.


Tengamos en cuenta que la Ley no se ha dado para los justos, sino para los desobedientes y rebeldes. Es para los pecadores y los que no creen en Dios. Se aplica a los que no respetan a Dios ni nuestras creencias. La Ley es para los que matan a sus propios padres. Es para los asesinos,


Rechaza las leyendas del mundo y otros cuentos semejantes, pues todo es falso. Más bien, esfuérzate por amar a Dios,


Tú, en cambio, eres un hombre al servicio de Dios. Huye de todo eso y esfuérzate en hacer lo que es justo, en amar a Dios, en tener fe, en amar a los demás, en ser paciente y humilde.


que obedezcas lo que te mando. Si haces esto hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva, nadie podrá culparte de algo malo.


Así que tú, Timoteo, hijo mío en la fe, busca tu fuerza en el amor inmerecido que Cristo Jesús nos da.


Evita las discusiones de los que no creen en Dios, porque los que participan en ellas se alejan cada vez más de la vida que agrada a Dios.


Diles que no hagan caso de leyendas judías ni de lo que exigen esos que rechazan la verdad.


Esta carta es para ti, Tito, mi verdadero hijo en la fe que compartimos. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Salvador que te permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz.


Debe creer siempre en el mensaje verdadero que se le enseñó. De ese modo también podrá aconsejar a otros con la enseñanza verdadera y enfrentar a los que se oponen a ella.


Evita las discusiones tontas y enseñanzas sobre listas de antepasados. No discutas ni pelees sobre asuntos de la Ley, porque no tiene provecho ni sentido.


Así que recuerda lo que has aprendido acerca de Dios, obedécelo y arrepiéntete. Si no te mantienes alerta y en obediencia, cuando menos lo esperes caeré sobre ti como un ladrón.


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