Proverbios 22:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

³ El prudente ve el peligro y busca refugio; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

³ El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón avanza a ciegas y sufre las consecuencias.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ El hombre prevenido ve que viene la desgracia y se pone a resguardo; los tontos siguen adelante y pagan las consecuencias.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ El prudente ve el mal y se aparta, Los simples siguen, y llevan el daño.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ El prudente ve el peligro y se esconde, los ingenuos siguen adelante para su mal.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³ El hombre prudente ve el mal, y se esconde; mas los simples pasan, y reciben el daño.

Proverbios 22:3 Referencias Cruzadas

Proverbios 1:22

«¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguirán aferrados a su inexperiencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los insolentes, se complacerán en su insolencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los necios, aborrecerán el conocimiento?

Proverbios 14:16

El sabio teme al Señor y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y se pasa de confiado.

Proverbios 22:4

Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida.

Proverbios 27:12

El prudente ve el peligro y busca refugio; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.

Proverbios 29:1

El que es reacio a las reprensiones será destruido de repente y sin remedio.

Proverbios 7:7

Vi a los inexpertos, y, entre los jóvenes, observé a uno de ellos falto de juicio.

Hebreos 11:7

Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe.

Hebreos 6:18

Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades que nunca cambian y en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.