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Proverbios 2:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos;

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Acoge mis palabras, hijo mío, guarda mi enseñanza,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Hijo mío, si aceptas mis palabras, Y guardas mis mandamientos dentro de ti,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas para ti mis preceptos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos atesorares dentro de ti,

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Proverbios 2:1
21 Referencias Cruzadas  

No me he apartado de los mandamientos de sus labios; valoro más las palabras de su boca que mi pan de cada día.


Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.


para recibir la corrección que dan la prudencia, la rectitud, la justicia y la equidad;


El hijo entendido se sujeta a la ley; el derrochador deshonra a su padre.


Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.


Escuchen, hijos, la corrección de un padre; dispónganse a adquirir entendimiento.


Escucha, hijo mío, acoge mis palabras y los años de tu vida aumentarán.


Grábatelos en tu corazón; cuélgatelos al cuello.


Hijo mío, guarda mis palabras y atesora mis mandamientos.


¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿No está elevando su voz la inteligencia?


La sabiduría construyó su casa y labró sus siete pilares.


»El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo.


María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.


Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió sujeto a ellos. Y su madre conservaba todas estas cosas en el corazón.


—Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.


Tampoco está más allá del mar, para que preguntes: «¿Quién cruzará por nosotros hasta el otro lado del mar, para que nos lo traiga, y así podamos escucharlo y obedecerlo?».


Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.


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