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Proverbios 17:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero los corazones los prueba el Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El fuego prueba la pureza del oro y de la plata, pero el Señor prueba el corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Hay crisol para la plata, y horno para el oro; Yavé es el que sondea los corazones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 El crisol para la plata y la hornaza para el oro, Así YHVH prueba los corazones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 La plata se acrisola y el oro se depura; pero es Yahveh quien sondea los corazones.

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Proverbios 17:3
21 Referencias Cruzadas  

Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con honestidad te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas.


Él, en cambio, conoce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.


Hay minas de donde se saca la plata y lugares donde se refina el oro.


Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis ansiedades.


Examíname, Señor, ¡ponme a prueba!, purifica mi corazón y mi mente.


Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata.


Muerte y Destrucción están abiertas ante el Señor, ¡cuánto más los corazones humanos!


Todos los caminos del ser humano son limpios a sus ojos, pero las intenciones las juzga el Señor.


El siervo sabio gobernará al hijo sinvergüenza, y compartirá la herencia con los otros hermanos.


A cada uno le parece correcto su camino, pero el Señor juzga los corazones.


En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro; ante las alabanzas, el pueblo.


¡Mira! Te he refinado, pero no como a la plata; te he probado en el horno de la aflicción.


«Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras».


«Hijo de hombre, el pueblo de Israel se ha convertido para mí como la escoria del cobre y del estaño, del hierro y del plomo, que se queda en el horno. ¡Son como la escoria de la plata!


Algunos de los sabios caerán, pero esa prueba los purificará y perfeccionará para que, cuando llegue el tiempo del fin, no tengan mancha alguna. Todavía falta para que llegue el momento preciso.


Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”. Ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.


En el desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así te humilló y te puso a prueba, para que a fin de cuentas te fuera bien.


Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, para humillarte y ponerte a prueba. Así llegaría a conocer lo que había en tu corazón y vería si cumplirías o no sus mandamientos.


El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.


A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón y a cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus obras.


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