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Oseas 11:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Fui quien enseñó a caminar a Efraín, tomándolo de los brazos. Pero él no quiso reconocer que era yo quien lo sanaba.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Yo mismo le enseñé a Israel a caminar, llevándolo de la mano; pero no sabe ni le importa que fui yo quien lo cuidó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Yo, sin embargo, le enseñaba a andar a Efraím, sujetándolo de los brazos, pero ellos no entendieron que yo cuidaba de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero fui Yo el que enseñó a andar a Efraín tomándolo por sus brazos, Pero no reconocieron que Yo era el que los sanaba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Yo enseñé a Efraín a andar, los llevé en mis brazos; pero no comprendieron que yo los cuidaba.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Yo con todo enseñé a caminar a Efraín, tomándolo de los brazos; y no conocieron que yo los cuidaba.

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Oseas 11:3
20 Referencias Cruzadas  

Envió su palabra para sanarlos y así los libró de la fosa.


Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis mandamientos y estatutos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor que les devuelve la salud».


“Ustedes son testigos de lo que hice con Egipto y de que los he traído hacia mí como sobre alas de águilas.


»Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. »Yo apartaré de ustedes toda enfermedad.


¡Oigan, cielos! ¡Escucha, tierra! Porque el Señor ha hablado: «Yo crie hijos y los hice crecer, pero ellos se rebelaron contra mí.


Cuando el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros.


«Escúchenme, descendientes de Jacob, todo el resto del pueblo de Israel, a quienes he cargado desde el vientre y he llevado desde la cuna.


Si ellos se angustiaban, él también se angustiaba; el ángel de su presencia los salvó. En su amor y misericordia los rescató; los levantó y los llevó en los tiempos de antaño.


Porque yo restauraré tu salud y sanaré tus heridas”, afirma el Señor, “porque te han llamado la desechada, la pobre Sión, la que a nadie le importa”.


¿No queda bálsamo en Galaad? ¿No queda allí médico alguno? ¿Por qué no se ha restaurado la salud de mi pueblo?


«Yo sanaré su rebeldía y los amaré de pura gracia, porque mi ira contra ellos se ha calmado.


Ella no ha reconocido que fui yo quien le dio el grano, el vino nuevo y el aceite. Yo le había multiplicado la plata y el oro, que ella usó para Baal.


y cuando yo sane a Israel, la perversidad de Efraín y la maldad de Samaria quedarán al descubierto. Porque ellos cometen fraudes; mientras el ladrón se mete en las casas, una banda de salteadores roba en las calles.


Yo adiestré y fortalecí sus brazos, pero ellos maquinan maldades contra mí.


y soportó su mal proceder en el desierto unos cuarenta años.


y en el desierto. Por todo el camino que han recorrido, hasta llegar a este lugar, ustedes han visto cómo el Señor su Dios los ha guiado, como lo hace un padre con su hijo».


El Dios eterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos. Expulsará de tu presencia a tus enemigos y te ordenará que los destruyas.


Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, para humillarte y ponerte a prueba. Así llegaría a conocer lo que había en tu corazón y vería si cumplirías o no sus mandamientos.


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