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Números 25:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

11 «Finés, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, ha hecho que mi ira se aparte de los israelitas, pues ha actuado con el mismo celo que yo habría tenido por mi honor. Por eso no destruí a los israelitas con el furor de mi celo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 «Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, alejó mi enojo de los israelitas porque demostró entre ellos el mismo celo que yo. Así que dejé de destruir a todo Israel, como pensaba hacerlo a causa del enojo de mi celo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Finjas, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, alejó mi cólera de los israelitas cuando se mostró lleno de celo por mí en medio de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Finees ben Eleazar, hijo de Aarón, el sacerdote, ha desviado mi furor de sobre los hijos de Israel, al mostrar su celo por mí en medio de ellos, por lo cual Yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 'Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha alejado mi cólera contra los israelitas por haber mostrado su celo por mí en medio de ellos; por eso yo, en mi celo, no he aniquilado a los israelitas.

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Números 25:11
24 Referencias Cruzadas  

Así fue como los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán fueron enterrados en la tumba de Quis, el padre de Saúl, que está en Zela de Benjamín. Todo se hizo en cumplimiento de las órdenes del rey, y después de eso Dios tuvo piedad del país.


Los habitantes de Judá hicieron lo malo ante el Señor, y con sus pecados provocaron los celos del Señor más que sus antepasados.


Dios amenazó con destruirlos, pero no lo hizo por Moisés, su escogido, quien se puso ante él en la brecha e impidió que su ira los destruyera.


Pero Finés se levantó e intervino, y la plaga se detuvo.


Esto se le acreditó como un acto de justicia para siempre, por todas las generaciones.


Lo irritaron con sus altares paganos; con sus imágenes despertaron sus celos.


No te postres delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.


»Si alguien apacienta su ganado en un campo o en una viña, y por dejar a sus animales sueltos ellos pastan en campo ajeno, el dueño del animal deberá reparar el daño con lo mejor de su cosecha.


No adores a otros dioses, porque el Señor es muy celoso. Su nombre es Dios celoso.


Te juzgaré como a una adúltera y homicida; derramaré sobre ti mi ira y mi celo.


El Señor es un Dios celoso y vengador. Señor de la venganza, Señor de la ira. El Señor se venga de sus adversarios; es implacable con sus enemigos.


No los podrán librar ni su plata ni su oro en el día de la ira del Señor. »En el fuego de su celo será toda la tierra consumida; en un instante reducirá a la nada a todos los habitantes de la tierra».


Espérenme, por tanto, hasta el día que me levante a buscar el botín», afirma el Señor, «porque he decidido reunir a las naciones y juntar a los reinos para derramar sobre ellos mi indignación, toda mi ardiente ira. En el fuego de mi celo toda la tierra será consumida.


El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios.


¿O vamos a provocar celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?


El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura.


El Señor no querrá perdonarlo, sino que su ira y su celo arderán contra ese hombre. Todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre él, y el Señor hará que desaparezca hasta el último de sus descendientes.


Lo provocó a celos con dioses extraños y lo hizo enojar con sus ídolos detestables.


Me provocaron celos con lo que no es Dios como yo y me enojaron con sus ídolos inútiles. Pues yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son pueblo; voy a irritarlos con una nación insensata.


porque el Señor su Dios es fuego consumidor y Dios celoso.


Por tanto, los israelitas enviaron a Finés, hijo del sacerdote Eleazar, a la región de Galaad para hablar con los de la tribu de Rubén, de Gad y la media tribu de Manasés.


Entonces Josué dijo: —Ustedes son incapaces de servir al Señor, porque él es Dios santo y Dios celoso. No tolerará sus rebeliones y pecados.


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