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Mateo 7:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 »No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »No desperdicien lo que es santo en gente que no es santa. ¡No arrojen sus perlas a los cerdos! Pisotearán las perlas y luego se darán vuelta y los atacarán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 No deis lo santo a los perros ni echéis vuestras perlas a los cerdos,° no sea que las pisoteen con sus patas y se vuelvan y os despedacen.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen con sus patas y luego se revuelvan y os despedacen a mordiscos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 No deis lo santo a los perros; ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

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Mateo 7:6
18 Referencias Cruzadas  

Como argolla de oro en hocico de cerdo es la mujer bella pero indiscreta.


A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos.


Como el perro vuelve a su vómito, así el necio insiste en su necedad.


No respondas al necio con igual necedad o tú mismo pasarás por uno.


Él respondió: —No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros.


En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán;


¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.


Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los no judíos, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos.


Cuídense de esos perros, cuídense de esos que hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo.


¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado y que ha insultado al Espíritu de la gracia?


pero después de todo esto se han apartado, renueven su arrepentimiento. Pues así, para su propio mal, vuelven a crucificar al Hijo de Dios y lo exponen a la vergüenza pública.


En su caso ha sucedido lo que acertadamente afirman estos proverbios: «El perro vuelve a su vómito» y «la puerca lavada, a revolcarse en el lodo».


Pero afuera se quedarán los perros, los que practican las artes mágicas, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.


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