Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Lucas 9:38 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

38 Y un hombre de entre la multitud exclamó: —Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo;

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Un hombre de la multitud le exclamó: —Maestro, te suplico que veas a mi hijo, el único que tengo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

38 De pronto un hombre de entre ellos empezó a gritar: 'Maestro, te lo suplico, mira a este muchacho, el único hijo que tengo.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

38 Y he aquí un varón de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas atentamente a mi hijo, que es mi unigénito;

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 De pronto, un hombre que estaba entre la multitud se puso a gritar: '¡Maestro, fíjate en mi hijo, por favor! Es mi único hijo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo; porque es mi único hijo;

Ver Capítulo Copiar




Lucas 9:38
8 Referencias Cruzadas  

nosotros contestamos que teníamos un padre anciano y un hermano que le nació a nuestro padre en su vejez. Nuestro padre quiere muchísimo a este último porque es el único que le queda de la misma madre, ya que el otro murió.


Sobre la casa real de David y los habitantes de Jerusalén derramaré el Espíritu de gracia y de súplica. Entonces me mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán lamentación con duelo como por su hijo único. Llorarán amargamente, como quien llora por su primogénito.


De esa región salió a su encuentro una mujer cananea gritando: —¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.


Cuando ya se acercaba a las puertas del pueblo, vio que sacaban de allí a un muerto, hijo único de madre viuda. La acompañaba un grupo grande de la población.


Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, le salió al encuentro mucha gente.


Resulta que un espíritu se posesiona de él y de repente el muchacho se pone a gritar; también lo sacude con violencia y hace que eche espumarajos. Cuando lo atormenta, a duras penas lo suelta.


Cuando este hombre se enteró de que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a su encuentro y le suplicó que bajara a sanar a su hijo, pues estaba a punto de morir.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos