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Lucas 10:33 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

33 Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y viéndolo, se compadeció de él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 »Entonces pasó un samaritano despreciado y, cuando vio al hombre, sintió compasión por él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Pero un samaritano que iba de camino, se acercó a él, y al verlo, fue movido a compasión;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Pero un samaritano que iba de camino llegó hasta él y, al verlo, se compadeció,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino adonde él estaba, y cuando lo vio, tuvo compasión de él;

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Lucas 10:33
14 Referencias Cruzadas  

Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti; perdona todas las ofensas que te haya infligido. Haz que sus conquistadores le muestren clemencia,


Cuando la hija del faraón abrió la cesta y vio allí dentro un niño que lloraba, le tuvo compasión y exclamó: —¡Es un niño hebreo!


No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; ni vayas a la casa de tu hermano el día que tengas una desgracia. Más vale vecino cercano que hermano distante.


Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan a comunidades de los gentiles ni entren en ningún pueblo de los samaritanos.


¿No debías tú también haberte compadecido de tu compañero, así como yo me compadecí de ti?”.


Así también llegó a aquel lugar un levita y al verlo, se desvió y siguió de largo.


Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.


Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: —No llores.


Entonces, como los judíos no se relacionaban con los samaritanos, la mujer respondió: —¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana?


—¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado? —replicaron los judíos.


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