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Levítico 15:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

27 Todo el que toque cualquiera de estos objetos quedará impuro. Deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

27 Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Cualquiera de ustedes que toque estas cosas quedará ceremonialmente impuro. Tendrá que lavar su ropa y bañarse con agua, y permanecerá impuro hasta el anochecer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Quien los toque quedará impuro; deberá lavar sus vestidos y bañarse, y quedará impuro hasta la tarde.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Y cualquiera que toque estas cosas quedará impuro, tendrá que lavar sus vestidos y bañarse en agua, y quedará impuro hasta la tarde.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Quien los toque será impuro, lavará sus vestidos, se bañará y permanecerá impuro hasta la tarde.

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Levítico 15:27
15 Referencias Cruzadas  

Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías.


Los libraré de todas sus impurezas. Haré que tengan trigo en abundancia y no permitiré que pasen hambre.


»Ustedes quedarán impuros por lo siguiente: »Todo el que toque el cadáver de esos animales quedará impuro hasta el anochecer.


»Si al afectado le cesa el flujo, deberá esperar siete días para el rito de su purificación. Se lavará la ropa y se bañará con agua de manantial, y así quedará puro.


Todo el que toque la cama de esa mujer deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer.


Toda cama en la que se acueste mientras dure su flujo quedará impura, como durante su período. Todo aquello sobre lo que se siente quedará impuro, como durante su período.


»Cuando ella sane de su flujo, deberá esperar siete días para el rito de su purificación.


»En aquel día se abrirá una fuente para lavar del pecado y de la impureza a la casa real de David y a los habitantes de Jerusalén.


Todo lo que el impuro toque quedará impuro y quien lo toque a él también quedará impuro hasta el anochecer».


Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y los cuerpos lavados con agua pura.


Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!


Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.


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