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Jueces 16:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

9 Estando unos hombres al acecho en el cuarto, ella gritó: —¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti! Pero él rompió las cuerdas como quien rompe un pedazo de cuerda chamuscada. De modo que no se descubrió el secreto de su fuerza.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y ella tenía hombres en acecho en el aposento. Entonces ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Dalila había escondido a algunos hombres en una de las habitaciones internas de su casa, y gritó: «¡Sansón! ¡Los filisteos han venido a capturarte!»; pero Sansón rompió las cuerdas de arco como se rompe una cuerda cuando la quema el fuego. Así que no descubrieron el secreto de su fuerza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 había escondido a unos hombres en su pieza. Le gritó: '¡Sansón, los filisteos te atacan!' Rompió de un golpe las cuerdas como se rompe la mecha de estopa cuando se la quema: no descubrieron el secreto de su fuerza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y ella tenía hombres al acecho en un aposento interior. Le dijo entonces: ¡Sansón, los filisteos te acometen! Pero él rompió los tendones como se rompe un hilo de estopa cuando toca el fuego. Y no se descubrió lo de su fuerza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Había en la alcoba hombres apostados en acecho; y ella gritó: '¡Sobre ti los filisteos, Sansón!'. Él rompió las cuerdas como si fueran hilos de estopa consumidos por el fuego. Así que no dio a conocer el secreto de su fuerza.

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Jueces 16:9
5 Referencias Cruzadas  

Que sin darse cuenta, ardan como espinos; que el vendaval los arrastre, estén verdes o secos.


Cuando se acercaba a Lejí, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de victoria. En ese momento, el Espíritu del Señor vino sobre él con poder y las sogas que ataban sus brazos se volvieron como fibra de lino quemada; además las ataduras de sus manos se deshicieron.


Dalila dijo a Sansón: —¡Te burlaste de mí! ¡Me dijiste mentiras! Vamos, dime cómo se te puede atar.


Sansón respondió: —Si se me ata con siete cuerdas de arco que todavía no estén secas, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.


Los gobernantes de los filisteos le trajeron a ella siete cuerdas de arco que aún no se habían secado, y Dalila lo ató con ellas.


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