Jueces 16:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

¹¹ —Si se me ata firmemente con sogas nuevas, sin usar —dijo él—, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹¹ Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan usado, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹¹ Sansón respondió: —Si me ataran con sogas totalmente nuevas, que nunca se hayan usado, me volvería tan débil como cualquier otro hombre.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹¹ Le dijo: 'Si me atan con cuerdas nuevas que nunca hayan sido usadas, perderé mi fuerza y seré como un hombre cualquiera'.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹¹ Y él le dijo: Si me atan fuertemente con sogas nuevas, que no hayan sido usadas, me debilitaré y seré como cualquier hombre.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹¹ Él respondió: 'Si me ataran bien con cuerdas nuevas que no hubieran sido empleadas para otro uso, quedaría sin fuerzas y sería como un hombre cualquiera'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹¹ Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas, con las cuales ninguna cosa se haya hecho, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres.

Jueces 16:11 Referencias Cruzadas

Proverbios 13:3

El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina.

Proverbios 13:5

El justo aborrece la mentira; el malvado acarrea vergüenza y deshonra.

Proverbios 29:25

Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado.

Efesios 4:25

Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.

Jueces 15:13

—De acuerdo —respondieron ellos—. Solo te ataremos y te entregaremos en sus manos. No te mataremos. Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña.

Jueces 16:10

Dalila dijo a Sansón: —¡Te burlaste de mí! ¡Me dijiste mentiras! Vamos, dime cómo se te puede atar.

Jueces 16:12

Mientras algunos filisteos estaban al acecho en el cuarto, Dalila tomó sogas nuevas, lo ató y luego gritó: —¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti! Pero él rompió las sogas que ataban sus brazos, como quien rompe un hilo.