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Juan 12:28 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

28 ¡Padre, glorifica tu nombre! Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Padre, glorifica tu nombre». Entonces habló una voz del cielo: «Ya he glorificado mi nombre y lo haré otra vez».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Padre, ¡da gloria a tu Nombre!' Entonces se oyó una voz que venía del cielo: 'Lo he glorificado y lo volveré a glorificar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 ¡Padre, glorifica tu nombre! Entonces vino una voz del cielo: ¡Lo he glorificado y otra vez lo glorificaré!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 ¡Padre, glorifica tu nombre!'. Una voz del cielo llegó entonces: 'Ya lo he glorificado y lo glorificaré de nuevo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo, que decía: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.

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Juan 12:28
22 Referencias Cruzadas  

En aquel tiempo Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los niños.


Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.


Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió y de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!».


Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo, hágase tu voluntad».


Y una voz desde el cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».


También se oyó una voz que desde el cielo decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo».


Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».


Entonces apareció una nube que los envolvió de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!».


y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz que desde el cielo decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo».


Entonces salió de la nube una voz que dijo: «Este es mi Hijo, mi escogido. ¡Escúchenlo!».


Cuando Jesús oyó esto, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios, para que por ella el Hijo de Dios sea glorificado».


—¡Vuelve esa espada a su funda! —ordenó Jesús a Pedro—. ¿Acaso no he de beber el trago amargo que el Padre me da a beber?


—No está así debido a sus pecados ni a los de sus padres —respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.


para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús.


El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales,


¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.


Él recibió honor y gloria de parte de Dios el Padre cuando desde la majestuosa gloria se le dirigió aquella voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».


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