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Josué 3:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

16 estas dejaron de fluir y formaron un muro a gran distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 el agua que venía de río arriba dejó de fluir y comenzó a amontonarse a una gran distancia de allí, a la altura de una ciudad llamada Adán, que está cerca de Saretán. Y el agua que estaba río abajo desembocó en el mar Muerto hasta que el lecho del río quedó seco. Después, todo el pueblo cruzó cerca de la ciudad de Jericó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 el caudal que bajaba de arriba se detuvo y se amontonó a una gran distancia, a la altura de Adán, el pueblo vecino de Sartán. Durante ese tiempo las aguas que bajaban al mar de la Araba, el Mar Salado, se derramaron porque habían sido cortadas, de tal manera que el pueblo atravesó frente a Jericó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 las aguas que venían bajando de arriba se detuvieron, y se fueron elevando como en un embalse, a gran distancia, junto a Adam, la ciudad que está al lado de Saretán; y las que descendían hacia el Mar del Arabá, el Mar de la Sal, fueron cortadas completamente. Y el pueblo cruzó frente a Jericó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 las aguas que bajaban de arriba se detuvieron y alzaron, formando un embalse de gran extensión que llegaba hasta la ciudad de Adán, que está al lado de Sartán, y las que bajaban al mar de la Arabá, el mar de la Sal, quedaron totalmente cortadas, y así el pueblo pasó frente a Jericó.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 las aguas que venían de arriba, se pararon como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Zaretán; y las que descendían al mar del Arabá, el Mar Salado, se acabaron y fueron partidas; y el pueblo pasó frente a Jericó.

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Josué 3:16
31 Referencias Cruzadas  

Estos cinco últimos unieron fuerzas en el valle de Sidín, que es el valle del mar Muerto.


Baná, hijo de Ajilud, en Tanac y Meguido, y en todo Betseán (junto a Saretán, más abajo de Jezrel, desde Betseán hasta Abel Mejolá, y todavía más allá de Jocmeán);


El rey los hizo fundir en moldes de arcilla en la llanura del Jordán, entre Sucot y Saretán.


Al ver esto, el mar huyó; el Jordán se volvió atrás.


¿Qué te pasó, mar, que huiste, y a ti, Jordán, que te volviste atrás?


El Señor tiene su trono sobre el diluvio; el Señor reina por siempre.


Él recoge en cántaros las aguas del mar y junta en depósitos las profundidades del océano.


Convirtió el mar en tierra seca, y el pueblo cruzó el río a pie. ¡Regocijémonos en él!


Tú hiciste que brotaran fuentes y arroyos; secaste ríos de inagotables corrientes.


Te abriste camino en el mar, pasaste entre las muchas aguas, y no se hallaron tus huellas.


Abrió el mar para que pudieran pasar; mantuvo erguidas las aguas como un muro.


Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron


y los israelitas lo cruzaron sobre tierra seca. El mar era para ellos una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.


Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca, pues para ellos el mar formó una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.


Bastó un soplo de tu nariz para que se amontonaran las aguas. Las olas se levantaron como un muro; se inmovilizaron las aguas en el fondo del mar.


¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé? ¿Tan corta es mi mano que no puede rescatar? ¿Me falta acaso fuerza para liberarlos? Yo seco el mar con una simple reprensión y convierto los ríos en desierto; por falta de agua sus peces se pudren y se mueren de sed.


Allí me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden hasta el Arabá y van a dar al mar Muerto. Cuando desembocan en ese mar, las aguas se vuelven dulces.


Reprende al mar y lo seca; hace que todos los ríos se evaporen. Los montes Basán y Carmelo pierden su lozanía; el verdor del Líbano se marchita.


¿Te enojaste, oh Señor, con los ríos? ¿Estuviste airado contra las corrientes? ¿Tan enfurecido estabas contra el mar que cabalgaste en tus caballos y montaste en tus carros victoriosos?


»La frontera sur empezará en el desierto de Zin, en los límites con Edom. Por el este, la frontera sur estará donde termina el mar Muerto.


Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel en el desierto al este del Jordán, es decir, en el Arabá, frente a Suf, entre las regiones de Parán y de Tofel, Labán, Jazerot y Dizahab.


Su frontera occidental era el Jordán en el Arabá, desde el lago Quinéret hasta el mar del Arabá, que es el mar Muerto, en las laderas del monte Pisgá, al oriente.


Abarcaba también la parte oriental del Arabá hasta el lago Quinéret y de allí al mar del sur, que es el mar Muerto, por la vía de Bet Yesimot y más al sur, hasta las laderas del monte Pisgá.


La frontera sur, que partía de la bahía ubicada al extremo sur del mar Muerto,


Descendían de Janoa hacia Atarot y Nará, pasando por Jericó hasta llegar al río Jordán.


Tan pronto como los sacerdotes que llevan el arca del Señor, Soberano de toda la tierra, pongan pie en el Jordán, las aguas dejarán de correr y se detendrán formando un muro».


ustedes responderán: “Porque el pueblo de Israel cruzó el río Jordán en seco”.


En efecto, un gran pánico invadió a todos los reyes amorreos que estaban al oeste del Jordán y a los reyes cananeos de la costa del Mediterráneo cuando se enteraron de que el Señor había secado el Jordán para que los israelitas lo cruzaran. ¡No se atrevían a hacerles frente!


Al sonar las trescientas trompetas, el Señor hizo que los hombres de todo el campamento se atacaran entre sí con sus espadas. El ejército huyó hasta Bet Sitá, en dirección a Zererá, hasta la frontera de Abel Mejolá, cerca de Tabat.


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