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Jeremías 9:21 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

21 «La muerte se ha metido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; ha eliminado en las calles a los niños y en las plazas a los jóvenes».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

21 Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios, para exterminar a los niños de las calles, a los jóvenes de las plazas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Pues la muerte se ha deslizado a través de nuestras ventanas y ha entrado a nuestras mansiones. Ha acabado con la flor de nuestra juventud: los niños ya no juegan en las calles, y los jóvenes ya no se reúnen en las plazas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Los cadáveres humanos yacen como guano por el campo, como gavillas tras el segador, sin que haya nadie que los recoja.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Porque la Muerte ha subido por nuestras ventanas, Ha entrado en nuestros palacios, Ha arrebatado al niño en la calle, Y a los muchachos en las plazas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Caerá el cadáver del hombre, como estiércol en pleno campo y como gavilla detrás del segador, sin que haya quien lo recoja''.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; para exterminar a los niños de las calles y a los jóvenes de las plazas.

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Jeremías 9:21
17 Referencias Cruzadas  

Entonces él envió contra ellos al rey de los babilonios, quien dentro del mismo Templo mató con su espada a los jóvenes; no tuvo compasión de jóvenes ni de doncellas, ni de adultos ni de ancianos. A todos se los entregó Dios en sus manos.


Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, los muchachos tropiezan y caen;


Te arrojaré al viento con el rastrillo en las puertas de la ciudad. A ti te dejaré sin hijos y a mi pueblo lo destruiré, porque no cambió su conducta.


Por eso, entrega ahora sus hijos al hambre; abandónalos a merced de la espada. Que sus esposas se queden viudas y sin hijos; que sus maridos mueran asesinados y que sus jóvenes caigan en combate a filo de espada.


»Y ahora, así dice el Señor, el Dios de los Ejércitos, el Dios de Israel: “¿Por qué se provocan ustedes mismos un mal tan grande? ¿Por qué provocan la muerte de la gente de Judá, de hombres, mujeres, niños y recién nacidos, sin que quede un remanente?


Por eso en aquel día caerán sus jóvenes en las calles y perecerán todos sus soldados», afirma el Señor.


Pero yo estoy lleno de la ira del Señor, y ya no puedo contenerme. «Derrama tu ira en la calle sobre los niños, sobre los grupos de jóvenes, porque serán capturados el marido y la mujer, la gente madura y la entrada en años.


Por eso, así dice el Señor: «Voy a ponerle obstáculos a este pueblo. Padres e hijos tropezarán contra ellos, vecinos y amigos perecerán».


Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante.


Quedarán expuestos al sol, a la luna y a todas las estrellas del cielo, a los que ellos amaron, sirvieron, consultaron y adoraron. No los recogerán ni los enterrarán; ¡como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra!


Se abalanzan contra la ciudad, escalan los muros, trepan por las casas, se meten por las ventanas como ladrones.


«Ha caído la virginal Israel y no volverá a levantarse; abandonada en su propia tierra, no hay quien la levante».


Sucederá que, si en una casa quedan diez personas con vida, todas morirán.


»Traeré tal angustia a todo el pueblo que andarán como ciegos, porque pecaron contra el Señor. Su sangre será derramada como polvo y sus entrañas como estiércol.


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