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Jeremías 48:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

7 Por cuanto confías en tus obras y en tus riquezas, también tú serás capturada. Quemós, tu dios, irá al exilio, junto con sus sacerdotes y oficiales.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 Pues por cuanto confiaste en tus bienes y en tus tesoros, tú también serás tomada; y Quemos será llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Puesto que ustedes confiaron en sus riquezas y habilidades, serán tomados cautivos. ¡Su dios Quemos, con sus sacerdotes y funcionarios, serán llevados a tierras distantes!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Tú confiabas en tus fortalezas y tus riquezas, pero también a ti te pillarán. Camos partirá al destierro con sus sacerdotes y príncipes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Por confiarte de tus bienes y tesoros, Tú también serás conquistada, Quemos será llevado en cautiverio, Con sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Por haber confiado en tus castillos y tesoros, también tú serás conquistada. Camós saldrá para el destierro, con sus sacerdotes y sus príncipes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Pues por cuanto confiaste en tus obras, en tus tesoros, tú también serás tomada: y Quemos saldrá en cautiverio, los sacerdotes y sus príncipes juntamente.

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Jeremías 48:7
22 Referencias Cruzadas  

Allí los filisteos abandonaron a sus ídolos, y David y sus soldados se los llevaron.


Voy a hacerlo así porque me han abandonado y adoran a Astarté, diosa de los sidonios, a Quemós, dios de los moabitas, y a Moloc, dios de los amonitas. No han seguido mis caminos, no han hecho lo que me agrada ni han cumplido mis estatutos y leyes como lo hizo David, su padre.


Fue en esa época cuando, en una montaña al este de Jerusalén, Salomón edificó un altar pagano para Quemós, el detestable dios de Moab, y otro para Moloc, el despreciable dios de los amonitas.


Dichoso quien pone su confianza en el Señor y no recurre a los soberbios ni a los que se pierden tras la mentira.


«¡Aquí tienen al hombre que no buscó refugio en Dios, sino que confió en su gran riqueza y se refugió en su maldad!».


Esto es lo que te ha tocado como recompensa, la porción que he medido para ti», afirma el Señor, «pues me has olvidado y has confiado en la mentira.


Prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto; los quemará y los llevará cautivos. Sacudirá a Egipto, como un pastor que se sacude los piojos de la ropa, y luego se irá de allí en paz.


Entonces Moab se avergonzará de Quemós, como Israel se avergonzó de Betel en quien confiaba.


¡Ay de ti, Moab! El pueblo de Quemós está destruido; tus hijos son llevados al exilio; tus hijas, al cautiverio.


«¡Gime, Hesbón, porque Hai ha sido destruida! ¡Griten, hijas de Rabá! ¡Vístanse de luto y hagan lamentación; corran de un lado a otro, dentro de los muros!, porque Moloc marcha al destierro, junto con sus sacerdotes y oficiales.


¿Por qué te jactas de tus valles, de tus fértiles valles? Hija rebelde, tú confías en tus tesoros y dices: “¿Quién me atacará?”.


Así dice el Señor: «Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza.


Pero ustedes sembraron maldad, cosecharon crímenes y comieron el fruto de la mentira, porque confiaron en sus carros y en la multitud de sus guerreros.


¡Ay de ti, Moab! ¡Estás destruido, pueblo de Quemós! Tu dios convirtió a tus hijos en fugitivos y a tus hijas en prisioneras de Sijón, rey de los amorreos.


A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios. Él nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.


En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo denle tormento y aflicción; porque en su corazón se jacta: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”.


¿Acaso no consideras tuyo lo que tu dios Quemós te da? Pues también nosotros consideramos nuestro lo que el Señor nuestro Dios nos ha dado.


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