Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Jeremías 45:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Tú dijiste: “¡Ay de mí! ¡El Señor añade angustia a mi dolor! Estoy agotado de tanto gemir y no encuentro descanso”.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora!, porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 “Tú has dicho: ‘¡Estoy repleto de dificultades! ¿No he sufrido ya lo suficiente? ¡Y ahora el Señor ha añadido más! Estoy agotado de tanto gemir y no encuentro descanso’”.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ya que tú has dicho: 'Pobre de mí, porque Yavé añade más penas a mis sufrimientos, estoy cansado de tanto llorar sin encontrar consuelo.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Tú dijiste: ¡Ay de mí, porque YHVH ha añadido tristeza a mi dolor! ¡Estoy cansado de gemir, y no hallo descanso!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 A pesar de que has dicho: '¡Ay de mí! pues Yahveh añade pena a mi dolor; estoy agotado de tanto gemir y no encuentro reposo',

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque Jehová ha añadido tristeza a mi dolor; fatigado estoy de mi gemir y no hallo descanso.

Ver Capítulo Copiar




Jeremías 45:3
28 Referencias Cruzadas  

«Mi queja sigue siendo amarga; gimo bajo el peso de su mano.


¡Ay de mí, que soy extranjero en Mésec, que he acampado entre las tiendas de Cedar!


Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes.


Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se han precipitado sobre mí.


Cansado estoy de sollozar. Toda la noche inundo de lágrimas mi cama, ¡mi lecho empapo con mi llanto!


Se consumen mis ojos por causa del dolor; desfallecen por culpa de mis enemigos.


Cansado estoy de pedir ayuda; tengo reseca la garganta. Mis ojos languidecen, esperando la ayuda de mi Dios.


Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza.


«Así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de ti, Baruc:


La aflicción me abruma; mi corazón desfallece.


¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial y mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo!


»Desde lo alto él envió un fuego que penetró en mis huesos. A mi paso tendió una trampa y me hizo retroceder. Me abandonó por completo; a todas horas me sentía desfallecer.


»¡Que llegue a tu presencia toda su maldad! ¡Trátalos como me has tratado a mí por causa de todos mis pecados! Son muchos mis quejidos, y mi corazón desfallece».


Nos hace sufrir, pero también muestra compasión, porque es muy grande su amor.


Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos.


Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día.


No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.


Ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos