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Jeremías 30:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Porque vienen días —afirma el Señor—, cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá; los traeré a la tierra que di a sus antepasados y la poseerán”», afirma el Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues se acerca la hora cuando restableceré el bienestar de mi pueblo, Israel y Judá. Los traeré a casa, a esta tierra que di a sus antepasados, y volverán a poseerla. ¡Yo, el Señor, he hablado!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 pues se acerca el tiempo, dice Yavé, en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, haciéndoles retornar a la tierra que di a sus padres en propiedad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque he aquí que vienen días, dice YHVH, En que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, dice YHVH, Y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque mira que vienen días -oráculo de Yahveh- en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, dice Yahveh, y lo volveré al país que di a sus padres para que lo poseyeran'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver la cautividad de mi pueblo Israel y Judá, dice Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la poseerán.

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Jeremías 30:3
45 Referencias Cruzadas  

En el mes séptimo, cuando ya todos los israelitas se habían establecido en sus ciudades, se reunió el pueblo en Jerusalén con un mismo propósito.


Muchos de los sacerdotes, levitas y jefes de familia, que eran ya ancianos y habían conocido el primer templo, prorrumpieron en llanto cuando vieron los cimientos del nuevo templo, mientras muchos otros gritaban de alegría.


Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, junto con el resto de sus parientes, que eran sacerdotes, y con los levitas y con todos los que habían regresado del cautiverio, comenzaron la reconstrucción del templo de Dios en el mes segundo del segundo año de haber llegado a Jerusalén. A los levitas mayores de veinte años les encomendaron la tarea de supervisar las obras del templo del Señor.


Ahora, Señor, haz volver a nuestros cautivos como haces volver los canales de los ríos en el Néguev.


¡Oh, si de Sión saliera la salvación de Israel! Cuando Dios restaure a su pueblo, ¡Jacob se regocijará, Israel se alegrará!


sino: “Tan cierto como que vive el Señor, quien hizo salir a los israelitas de la tierra del norte y de todos los países adonde los había expulsado”. Yo los haré volver a su tierra, la que antes di a sus antepasados.


«Vienen días», afirma el Señor, «en que de la simiente de David haré surgir un Renuevo justo; él reinará con sabiduría en la tierra, y practicará el derecho y la justicia.


En cambio, a la nación que incline su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y se someta a él —afirma el Señor—, yo la dejaré en su propia tierra para que la trabaje y viva en ella’ ”».


“Todo esto será llevado a Babilonia —afirma el Señor—, y allí permanecerá hasta el día en que yo lo vaya a buscar y lo devuelva a este lugar”».


Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré y haré honor a mi promesa en favor de ustedes; los haré volver a este lugar.


Me dejaré encontrar —afirma el Señor—, y los haré volver del cautiverio. Yo los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los haya dispersado y los haré volver al lugar del cual los deporté», afirma el Señor.


En aquellos días la tribu de Judá se unirá al pueblo de Israel y juntos vendrán del país del norte, a la tierra que di como herencia a sus antepasados.


»”No temas, Jacob, siervo mío; no te asustes, Israel”, afirma el Señor. “A ti, Jacob, te libraré de ese país lejano; a tus descendientes los libraré del exilio. Volverás a vivir en paz y seguridad y ya nadie te infundirá temor.


»Así dice el Señor: »“Restauraré la fortuna de las tiendas de campaña de Jacob y tendré compasión de sus moradas. La ciudad resurgirá sobre sus ruinas y el palacio se asentará en el lugar debido.


Esto fue lo que el Señor dijo a Jeremías acerca de Israel y Judá:


Así dice el Señor: «Reprime tu llanto, las lágrimas de tus ojos, pues tus obras tendrán su recompensa: tus hijos volverán del país enemigo», afirma el Señor.


Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: «Cuando yo los haga volver del cautiverio, en la tierra de Judá y en sus ciudades volverá a decirse: “Que el Señor te bendiga, morada de justicia, monte santo”.


«Vienen días —afirma el Señor—, en que sembraré en Israel y en Judá la simiente de hombres y de animales.


»Vienen días», afirma el Señor, «en que haré un nuevo pacto con Israel y con Judá.


«Vienen días —afirma el Señor—, en que la ciudad del Señor será reconstruida, desde la torre de Jananel hasta la puerta de la Esquina.


Voy a reunirlos de todos los países adonde en mi ira, furor y terrible enojo los dispersé, y los haré volver a este lugar para que vivan seguros.


En la tierra de Benjamín y en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de Judá, de la región montañosa, de la llanura y del Néguev, se comprarán campos por dinero, se firmarán escrituras y se sellarán ante testigos —afirma el Señor—, porque yo los haré volver del cautiverio».


entonces habría rechazado a los descendientes de Jacob y de mi siervo David; no habría escogido a uno de su linaje para gobernar sobre la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob. ¡Pero yo haré volver a sus cautivos y les tendré compasión!”».


Jeremías había descrito en un rollo todas las calamidades que sobrevendrían a Babilonia, es decir, todo lo concerniente a ella.


Y, cuando yo los lleve a la tierra de Israel, al país que juré solemnemente dar a sus antepasados, entonces reconocerán que yo soy el Señor.


Yo las sacaré de entre las naciones; las reuniré de los países y las llevaré a su tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en los canales de los ríos y en todos los poblados del país.


»”Los sacaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los pueblos y los haré regresar a su propia tierra.


Deben dividirla por partes iguales entre ustedes. Porque con la mano en alto juré solemnemente a sus antepasados darles este país como herencia.


»En aquellos días, en el tiempo señalado, cuando restaure yo la fortuna de Judá y de Jerusalén,


Y esa tierra pertenecerá al remanente del pueblo de Judá. Allí pastarán sus ovejas y al atardecer se echarán a descansar en las casas de Ascalón; porque los cuidará el Señor su Dios para restaurarlos.


En aquel tiempo yo los traeré; en aquel tiempo los reuniré. Daré a ustedes fama y renombre entre todos los pueblos de la tierra cuando yo los restaure ante sus mismos ojos». Así lo ha dicho el Señor.


A sus discípulos les dijo: —Llegará el tiempo en que ustedes anhelarán vivir siquiera uno de los días del Hijo del hombre, pero no podrán.


Te sobrevendrán días en que tus enemigos levantarán un muro, te rodearán y te encerrarán por todos lados.


—En cuanto a todo esto que ven ustedes, llegará el día en que no quedará piedra sobre piedra, pues todo será derribado.


entonces el Señor tu Dios restaurará tu fortuna y se compadecerá de ti. ¡Volverá a reunirte de todas las naciones por donde te haya dispersado!


Te hará volver a la tierra que perteneció a tus antepasados y tomarás posesión de ella. Te hará prosperar y tendrás más descendientes que los que tuvieron tus antepasados.


Pero Dios, reprochándoles sus defectos, dijo: «Vienen días», afirma el Señor, «en que haré un nuevo pacto con Israel y con Judá.


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