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Jeremías 2:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

22 Aunque te laves con lejía y te frotes con mucho jabón, ante mí seguirá presente la mancha de tu iniquidad», afirma el Señor y Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

22 Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Por más jabón o lejía que te pongas, no puedes limpiarte. Aún puedo ver la mancha de tu culpa. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Aunque te laves, te limpies y te restriegues, ante mí no desaparecerá la mancha de tus faltas, palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Aunque te laves con lejía y uses mucho jabón para ti, La mancha de tu pecado está aún delante de mí, Dice Adonay YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Aunque te laves con nitro y te eches cantidad de lejía, tu culpa sigue sucia ante mí -oráculo del Señor Yahveh-.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Aunque te laves con lejía y amontones jabón sobre ti, tu pecado está sellado delante de mí, dice el Señor Jehová.

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Jeremías 2:22
12 Referencias Cruzadas  

—Bueno, entonces quédate hoy aquí y mañana te enviaré de regreso —respondió David. Urías se quedó ese día en Jerusalén. Pero al día siguiente


En saco sellado guardarás mis transgresiones y perdonarás del todo mi pecado.


Si tú, Señor, tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, Señor, se mantendría en pie?


Ante ti has puesto nuestras maldades; a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos.


Porque mis ojos ven todas sus acciones; ninguna de ellas me es oculta. Su iniquidad no puede esconderse de mi vista.


»El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro; grabado está con punta de diamante sobre la tabla de su corazón y sobre los cuernos de sus altares.


Jerusalén, limpia de maldad tu corazón para que seas salvada. ¿Hasta cuándo hallarán lugar en ti los pensamientos perversos?


Porque el Señor y Dios dice: »”¡Ay de la ciudad sanguinaria! ¡Ay de esa olla oxidada, cuyo óxido no se puede quitar! Saca uno a uno los trozos de carne, tal como vayan saliendo.


La maldad de Efraín fue anotada; se ha registrado su pecado.


El Señor ha jurado por el orgullo de Jacob: «Jamás olvidaré nada de lo que han hecho.


«¿No he tenido esto en reserva y lo he sellado en mis archivos?


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