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Jeremías 16:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

7 Nadie ofrecerá un banquete fúnebre a los que estén de duelo para consolarlos por el muerto. Tampoco a nadie se le dará a beber la copa del consuelo, aun cuando quien haya muerto sea su padre o su madre.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 ni partirán pan por ellos en el luto para consolarlos de sus muertos; ni les darán a beber vaso de consolaciones por su padre o por su madre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Nadie ofrecerá una comida para consolar a quienes estén de luto por un muerto, ni siquiera por la muerte de una madre o de un padre. Nadie enviará una copa de vino para consolarlos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Tampoco se repartirá pan en los velorios, ni se ofrecerá vino para consolar a los deudos. Nadie servirá a los hijos la copa del consuelo el día de la muerte de sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 ni partirán pan para consolar al que está de luto, ni le darán la copa del consuelo por su padre o por su madre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 No se partirá el pan con el que está de luto, para consolarlo por un muerto, ni se le dará a beber la copa de la consolación por su padre o por su madre'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 ni partirán pan de luto por ellos, para consolarles de sus muertos; ni les darán a beber vaso de consolaciones por su padre o por su madre.

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Jeremías 16:7
8 Referencias Cruzadas  

Todos sus hermanos y hermanas, y todos los que antes lo habían conocido, fueron a su casa y celebraron con él un banquete. Lo animaron y lo consolaron por todas las calamidades que el Señor había enviado, y cada uno de ellos le dio una pieza de plata y un anillo de oro.


Luego me fijé en tanta opresión que hay bajo el sol. Vi llorar a los oprimidos y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores y no había quien los consolara.


No lloren por el que está muerto ni hagan lamentaciones por él. Lloren más bien por el exiliado, por el que nunca volverá ni verá más la tierra en que nació.


Sus vestidos están llenos de inmundicia; no tomó en cuenta lo que le esperaba. Su caída fue sorprendente; no hubo nadie que la consolara. «¡Mira, Señor, mi aflicción! ¡El enemigo ha triunfado!».


Gime en silencio y no hagas duelo por los muertos. Átate el turbante, cálzate los pies y no te cubras la barba ni comas el pan de duelo».


No ofrecerán al Señor ofrendas líquidas de vino ni le serán gratos sus sacrificios. Tales sacrificios serán para ellos como pan de lágrimas; quienes lo coman quedarán impuros. Esa comida será para ellos mismos, pero no entrará en la casa del Señor.


Mientras estuve de luto, no comí nada de esta porción consagrada; mientras estuve impuro, no tomé nada de ella ni se la ofrecí a los muertos. Señor mi Dios, yo te he obedecido y he hecho todo lo que me ordenaste.


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