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Génesis 31:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Pero Jacob se enteró de que los hijos de Labán andaban diciendo: «Jacob se ha ido apoderando de todo lo que pertenecía a nuestro padre y se ha enriquecido a costa suya».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces Jacob se enteró de que los hijos de Labán se quejaban de él, y decían: «¡Jacob le robó todo a nuestro padre! Logró toda su riqueza a costa de nuestro padre».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Supo Jacob lo que los hijos de Labán andaban diciendo: 'Jacob se ha apoderado de todo lo de nuestro padre, y con lo de nuestro padre ha hecho toda esa fortuna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pero oía las palabras de los hijos de Labán, diciendo: Jacob ha tomado todo lo de nuestro padre, y toda esta riqueza la ha hecho con lo que era de nuestro padre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Oyó Jacob que los hijos de Labán decían: 'Jacob se ha apoderado de todo lo que era de nuestro padre, y con lo de nuestro padre ha hecho él toda esa fortuna'.

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Génesis 31:1
23 Referencias Cruzadas  

De esta manera Jacob prosperó muchísimo y llegó a tener muchos rebaños, criados y criadas, camellos y asnos.


También notó que Labán ya no lo trataba como antes.


Labán respondió a Jacob: —Estas mujeres son mis hijas y estos muchachos son mis nietos; mías también son las ovejas; todo lo que ves me pertenece. Pero ¿qué podría hacerles ahora a mis hijas y a mis nietos?


Cuéntenle a mi padre del prestigio que tengo en Egipto y de todo lo que han visto. ¡Pero apúrense y tráiganlo ya!


e hizo alarde de su enorme riqueza y de sus muchos hijos, y de cómo el rey lo había honrado en todo sentido ascendiéndolo sobre sus nobles y oficiales.


¿Quién bajo mi techo no sació su hambre con los manjares de mi mesa?


¡Con tu mano, Señor, sálvame de estos mortales que no tienen más herencia que esta vida! Con tus tesoros les has llenado el vientre, sus hijos han tenido abundancia y hasta ha sobrado para sus descendientes.


Me encuentro en medio de leones, rodeado de gente rapaz. Sus dientes son lanzas y flechas; su lengua, una espada afilada.


El corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la envidia carcome los huesos.


Cruel es la furia y arrolladora la ira, pero ¿quién puede enfrentarse a los celos?


Vi, además, que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es vanidad; ¡es correr tras el viento!


Por eso la muerte ensancha su garganta, y desmesuradamente abre su boca. Allí bajan nobles y plebeyos con sus juergas y diversiones.


Así dice el Señor: «Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza.


»”Los que acostumbran citar refranes dirán esto de ti: ‘De tal palo, tal astilla’.


De nuevo el diablo lo llevó a una montaña muy alta. Allí le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.


es un obstinado que nada entiende. Ese tal padece del afán enfermizo de provocar discusiones inútiles que generan envidias, discordias, insultos, sospechas malvadas


En otro tiempo también nosotros éramos necios y desobedientes. Estábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y en la envidia. Éramos detestables y nos odiábamos unos a otros.


Porque «todo mortal es como la hierba y toda su gloria como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se cae,


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