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Génesis 23:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

11 —No, señor mío, escúcheme bien: yo le regalo el campo y también la cueva que está en él. Los hijos de mi pueblo son testigos de que yo se los regalo. Entierre usted a su difunta esposa.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; en presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 —No, mi señor —le dijo a Abraham—, por favor, escúcheme. Yo le regalaré el campo y la cueva. Aquí mismo, en presencia de mi pueblo, se lo regalo. Vaya y entierre a su esposa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 No, señor mío, escúchame: yo te regalo el campo y también la cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te la doy. Sepulta allí a tu difunta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 No, señor mío, ¡óyeme! Te doy el campo, y la cueva que está en ella, te la doy en presencia de los hijos de mi pueblo. Sepulta a tu difunta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 'No, señor mío, óyeme: te doy el campo y la cueva que hay en él; te la entrego en presencia de los hijos de mi pueblo; entierra a tu difunta'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta a tu muerta.

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Génesis 23:11
15 Referencias Cruzadas  

Una vez más, Abraham se inclinó ante la gente de ese lugar,


La transacción se hizo en presencia de los hititas y de los que pasaban por la puerta de su ciudad.


—Escúchenos, señor; usted es un jefe muy importante entre nosotros. Sepulte a su difunta esposa en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros le negará su tumba para que pueda sepultar a su difunta esposa.


El noble, por el contrario, concibe nobles planes y en sus nobles acciones se afirma.


»Solo por el testimonio de varios testigos se podrá dar muerte a una persona acusada de homicidio. Nadie podrá ser condenado a muerte por el testimonio de un solo testigo.


Luego dijo a los presentes: “Quítenle el dinero y dénselo al que recibió diez veces más”.


Por el testimonio de dos o tres testigos se podrá condenar a muerte a una persona, pero nunca por el testimonio de uno solo.


Un solo testigo no bastará para condenar a un hombre acusado de cometer algún crimen o delito. Todo asunto se resolverá mediante el testimonio de dos o tres testigos.


Booz, por su parte, subió hasta la puerta de la ciudad y se sentó allí. En eso pasó el pariente, que él había mencionado, responsable de redimirlas. —Ven acá, amigo mío, y siéntate —dijo Booz. El hombre fue y se sentó.


Los jefes y todos los que estaban en la puerta respondieron: —Somos testigos. ¡Que el Señor haga que la mujer que va a formar parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, quienes juntas edificaron el pueblo de Israel! »¡Que seas un hombre ilustre en Efrata y que adquieras renombre en Belén!


Consideré que debía informarte del asunto y sugerirte que lo compres en presencia de estos testigos y de los jefes de mi pueblo. Si vas a comprar el terreno, hazlo. Pero si no lo vas a comprar, dímelo, para que yo lo sepa. Porque ningún otro tiene el derecho de redimirlo, sino tú y, después de ti, yo tengo ese derecho. —Yo lo redimo —contestó.


Entonces Booz proclamó ante los jefes y ante todo el pueblo: —Hoy son ustedes testigos de que le he comprado a Noemí toda la propiedad de Elimélec, Quilión y Majlón.


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