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Génesis 21:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

22 En aquel tiempo Abimélec, que estaba acompañado por Ficol, comandante de su ejército, dijo a Abraham: —Dios está contigo en todo lo que haces.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

22 Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 En esos días, Abimelec fue con Ficol, el comandante de su ejército, a visitar a Abraham. —Es obvio que Dios está contigo, ayudándote en todo lo que haces —dijo Abimelec—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Por aquel tiempo, Abimelec fue con Ficol, general de sus tropas, a hablar a Abrahán, y le dijo: 'Dios está contigo en todo cuanto emprendes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Sucedió en aquel tiempo que Abimelec° y Ficol, capitán de su ejército, se dirigieron a Abraham diciendo: ’Elohim está contigo en todo lo que tú haces.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Aconteció por aquel tiempo que Abimélec y Picol, jefe de su ejército, hablaron a Abrahán diciéndole: 'Dios está contigo en todo lo que haces.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Y aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol, príncipe de su ejército, a Abraham diciendo: Dios es contigo en todo lo que haces.

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Génesis 21:22
22 Referencias Cruzadas  

Abimélec tomó entonces ovejas y vacas, esclavos y esclavas, y se los regaló a Abraham. Además, le devolvió a su esposa Sara


Entonces Abraham oró a Dios y Dios sanó a Abimélec; además, permitió que su esposa y sus siervas volvieran a tener hijos,


Abraham decía que Sara, su esposa, era su hermana. Entonces Abimélec, rey de Guerar, mandó buscar a Sara y la tomó por esposa.


Cierto día, Abimélec fue a ver a Isaac desde Guerar. Llegó acompañado de su consejero Ajuzat y de Ficol, el comandante de su ejército.


—Nos hemos dado cuenta de que el Señor está contigo —respondieron—. Por eso, queremos proponerte que hagamos entre nosotros un trato bajo juramento. Ese pacto será el siguiente:


Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido».


Pero Labán contestó: —Por favor, quédate. He sabido por un augurio que, gracias a ti, el Señor me ha bendecido.


y les dijo: —Me he dado cuenta de que su padre ya no me trata como antes. ¡Pero el Dios de mi padre ha estado conmigo!


Siguieron hacia la fortaleza de Tiro y recorrieron todas las ciudades de los heveos y los cananeos. Finalmente, llegaron a Berseba, en el Néguev de Judá.


Salomón, hijo de David, consolidó su reino, pues el Señor su Dios estaba con él y lo hizo muy poderoso.


Así dice el Señor: «Los productos de Egipto y la mercancía de Cus pasarán a ser de tu propiedad; los sabeos, hombres de elevada estatura, marcharán detrás de ti en cadenas. Se postrarán en tu presencia y suplicantes te dirán: “Hay un solo Dios, no hay ningún otro, y ese Dios está contigo”».


Tracen su estrategia, pero será desbaratada; propongan su plan, pero no se realizará, porque Dios está con nosotros.


»Así dice el Señor de los Ejércitos: “En aquellos días diez hombres de diferentes lenguas y naciones tomarán a un judío por el borde de su capa y le dirán: ¡Déjanos acompañarte! ¡Hemos sabido que Dios está con ustedes!”».


«La virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).


¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?


y los secretos de su corazón quedarán al descubierto. Así que se postrará ante Dios y lo adorará, exclamando: «¡Realmente Dios está entre ustedes!».


Manténganse libres del amor al dinero y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca los dejaré; jamás los abandonaré».


Luego el Señor dijo a Josué: «Este día comenzaré a engrandecerte ante el pueblo de Israel. Así sabrán que estoy contigo como estuve con Moisés.


Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, esos que se autodenominan judíos y no lo son porque mienten, vayan a postrarse a tus pies y reconozcan que yo te he amado.


David se lo juró. Luego Saúl volvió a su palacio, mientras David y sus hombres subieron al refugio.


Mientras Samuel crecía, el Señor estuvo con él y cumplió todo lo que había dicho por medio de él.


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