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Éxodo 25:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 »Después me harán un santuario, para que yo habite entre ustedes.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Haz que los israelitas me construyan un santuario para que yo habite en medio de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Me van a hacer un santuario para que yo habite en medio de ellos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y harán un Santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Harán para mí un santuario, a fin de que habite en medio de ellos.

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Éxodo 25:8
25 Referencias Cruzadas  

Entonces viviré entre los israelitas y no abandonaré a mi pueblo Israel».


Ahora, pues, busquen al Señor su Dios de todo corazón y con toda el alma. Comiencen la construcción del santuario de Dios el Señor, para que trasladen el arca del pacto y los utensilios sagrados al templo que se construirá en honor de su Nombre».


Tú los harás entrar y los plantarás en el monte que te pertenece; en el lugar donde tú, Señor, habitas; en el santuario que tú, Señor, te hiciste.


El Señor es mi fuerza y mi canción; ¡él es mi salvación! Él es mi Dios y lo alabaré; es el Dios de mi padre y lo enalteceré.


Habitaré entre los israelitas y seré su Dios.


Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los sacó de Egipto para habitar entre ellos. Yo soy el Señor su Dios.


¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión, pues es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!».


Y haré con ellos un pacto de paz. Será un pacto eterno. Y los estableceré y haré que se multipliquen; pondré mi santuario entre ellos para siempre.


Y, cuando mi santuario esté para siempre en medio de ellos, las naciones sabrán que yo, el Señor, he hecho de Israel un pueblo santo”».


Me decía: «Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo la planta de mis pies; aquí habitaré entre los israelitas para siempre. El pueblo de Israel y sus reyes no volverán a profanar mi santo nombre con sus infidelidades ni con las ofrendas funerarias que presentan a sus reyes.


Moisés mandó llamar a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo: «Vengan acá y retiren del santuario a sus hermanos. ¡Sáquenlos del campamento!».


»No saldrá del santuario, para no profanar el santuario de su Dios, porque ha sido consagrado mediante el aceite de la unción divina. Yo soy el Señor.


Estableceré mi morada en medio de ustedes y no los aborreceré.


Mojará el dedo en la sangre y rociará con ella siete veces en dirección a la cortina del santuario, en presencia del Señor.


»¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Yo vengo a habitar en medio de ti!», afirma el Señor.


»Así dice el Señor: “Regresaré a Sión y habitaré en Jerusalén. Y Jerusalén será conocida como la Ciudad de la Verdad y el monte del Señor de los Ejércitos, como el Monte de la Santidad”.


Ya sea que se trate de hombres o de mujeres, los expulsarás del campamento para que no contaminen el lugar donde habito en medio de mi pueblo».


»Nuestros antepasados tenían en el desierto la Tienda con las tablas del pacto, hecho como Dios había ordenado a Moisés, según el modelo que este había visto.


¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: «Viviré con ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo».


Y al lugar que el Señor su Dios escoja como habitación de su Nombre llevarán todo lo que he ordenado: holocaustos, sacrificios, diezmos, contribuciones y las ofrendas más selectas que hayan prometido al Señor.


Cristo, en cambio, es fiel como Hijo al frente de la casa de Dios. Y esa casa somos nosotros, siempre y cuando mantengamos nuestra confianza y la esperanza que nos enorgullece.


Entonces Finés, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los de esas tribus: —Ahora estamos seguros de que el Señor está en medio de nosotros, pues ustedes no pretendían serle infieles al Señor; así que has salvado a los israelitas del castigo divino.


Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está el santuario de Dios! Él habitará en medio de ellos y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.


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