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Éxodo 19:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

22 Hasta los sacerdotes que se acercan a mí deben consagrarse; de lo contrario, yo arremeteré contra ellos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

22 Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Incluso los sacerdotes que se acercan al Señor con regularidad deben purificarse para que el Señor no arremeta contra ellos y los destruya.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Que también los sacerdotes que se acercan a Yavé se santifiquen, no sea que Yavé los deje tendidos en el suelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y santifíquense también los sacerdotes que se acercan a YHVH, para que YHVH no haga estrago entre ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 También deberán purificarse los sacerdotes que se acerquen a Yahveh, no sea que Yahveh irrumpa contra ellos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Y también los sacerdotes que se acercan a Jehová, se santifiquen, para que Jehová no haga en ellos estrago.

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Éxodo 19:22
17 Referencias Cruzadas  

La primera vez ustedes no la transportaron ni nosotros consultamos al Señor nuestro Dios sobre cómo hacerlo; por eso él se enfureció contra nosotros».


El día catorce del mes segundo celebraron la Pascua. Los sacerdotes y los levitas, compungidos, se consagraron y llevaron holocaustos al Templo del Señor,


No pudieron hacerlo en la fecha correspondiente porque muchos de los sacerdotes aún no se habían consagrado y el pueblo no se había reunido en Jerusalén.


El Señor respondió: —Baja y dile a Aarón que suba contigo. Pero ni los sacerdotes ni el pueblo deben romper el cerco, pues de lo contrario, yo arremeteré contra ellos.


Si ahora ustedes me son del todo obedientes y cumplen mi pacto, serán mi propiedad exclusiva entre todas las naciones. Aunque toda la tierra me pertenece,


Luego envió a unos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor novillos como holocaustos y sacrificios de comunión.


Ustedes, que transportan los utensilios del Señor, ¡pónganse en marcha, salgan de allí! ¡Salgan de en medio de ella, purifíquense! ¡No toquen nada impuro!


Deben ser santos para su Dios y no profanar su nombre. Son ellos los que presentan al Señor las ofrendas puestas al fuego, que son como el pan de su Dios. Por eso deben ser santos.


»Al pueblo solo le dirás lo siguiente: “Conságrense para mañana, pues van a comer carne. Ustedes lloraron ante el Señor y le dijeron: ¡Quién nos diera carne! ¡En Egipto la pasábamos mejor! Pues bien, el Señor les dará carne y tendrán que comérsela.


En ese mismo instante ella cayó muerta a los pies de Pedro. Entonces entraron los jóvenes y, al verla muerta, se la llevaron y le dieron sepultura al lado de su esposo.


Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto. Y un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron de lo sucedido.


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