Esdras 6:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 20228 También he decidido que ustedes deben prestarles ayuda, sufragando los gastos de la reconstrucción del templo con los impuestos que la provincia al oeste del río Éufrates paga al tesoro real. No se tarden en pagar todos los gastos, para que no se interrumpan las obras. Ver CapítuloMás versionesBiblia Reina Valera 19608 Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra. Ver CapítuloBiblia Nueva Traducción Viviente8 »Además, por la presente, decreto que ustedes tendrán que ayudar a esos ancianos de los judíos mientras reconstruyan el templo de Dios. Ustedes tienen que pagar el costo total de la obra, sin demora, con los impuestos que se recaudan en la provincia situada al occidente del río Éufrates, a fin de que la construcción no se interrumpa. Ver CapítuloBiblia Católica (Latinoamericana)8 Estas son mis órdenes para esa reconstrucción del Templo de Dios que hacen los ancianos de los judíos: Ustedes cubrirán los gastos de esos hombres escrupulosa y regularmente con la parte de los impuestos de la provincia que deben al tesoro real. Ver CapítuloLa Biblia Textual 3a Edicion8 Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos judíos para la construcción de esa Casa de Dios: Que del erario del rey, aun de los tributos de Más Allá del Río, sean pagados puntualmente los gastos a esos hombres, para que no se detengan. Ver CapítuloBiblia Serafín de Ausejo 19758 Ésta es la orden que doy acerca de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos respecto a la reconstrucción de ese templo de Dios: a cargo del erario real, es decir, de los impuestos de la Transeufratina, se pagarán diligentemente los gastos de esos hombres sin interrupción. Ver Capítulo |
Así los líderes de los judíos pudieron continuar y terminar la obra de reconstrucción, conforme a la palabra de los profetas Hageo y Zacarías, hijo de Idó. Terminaron, pues, la obra de reconstrucción, como lo había ordenado el Dios de Israel y por decreto de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia.