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Daniel 5:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

13 Daniel fue llevado a la presencia del rey y este preguntó: —¿Así que tú eres Daniel, uno de los exiliados que mi padre trajo de Judá?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Entonces Daniel fue traído delante del rey. Y dijo el rey a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Entonces trajeron a Daniel delante del rey y el rey le preguntó: —¿Eres tú ese Daniel, uno de los cautivos traídos de Judá por mi antecesor, el rey Nabucodonosor?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Trajeron pues a Daniel a la presencia del rey. El rey tomó la palabra y le dijo: '¿Eres tú Daniel, uno de los desterrados que mi padre trasladó desde Judea?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Entonces Daniel fue conducido ante el rey. Y dijo el rey a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Fue entonces llevado Daniel a la presencia del rey y el rey, tomando la palabra, le dijo a Daniel: '¿Eres tú Daniel, de los deportados de Judá, que el rey, mi padre, trajo de Judea?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Entonces Daniel fue traído delante del rey. Y habló el rey, y dijo a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea?

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Daniel 5:13
20 Referencias Cruzadas  

Los que habían regresado del cautiverio actuaron según lo que se había convenido. Entonces el sacerdote Esdras seleccionó y llamó por nombre a ciertos jefes de familia, y a partir del primer día del mes décimo se reunió con ellos para tratar cada caso.


Posteriormente anunciaron en Judá y Jerusalén que todos los que habían regresado del cautiverio debían reunirse en Jerusalén.


Cuando los enemigos del pueblo de Judá y de Benjamín se enteraron de que los repatriados estaban reconstruyendo el templo del Señor, Dios de Israel,


Entonces los israelitas —es decir, los sacerdotes, los levitas y los demás que regresaron del cautiverio—, llenos de júbilo dedicaron el Templo de Dios.


En el año tercero del reinado del rey Joacim de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia vino a Jerusalén y la sitió.


El Señor permitió que Joacim cayera en manos de Nabucodonosor. Junto con él, cayeron en sus manos algunos de los utensilios del Templo de Dios, los cuales Nabucodonosor se llevó a Sinar y puso en el tesoro del templo de sus dioses.


Fue así como Daniel se quedó en Babilonia hasta el primer año del rey Ciro.


Entre estos jóvenes se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de Judá,


Inmediatamente Arioc condujo a Daniel a la presencia del rey y dijo: —He hallado un hombre, entre los exiliados de Judá, que puede decir al rey lo que significa su sueño.


Luego el rey puso a Daniel en un puesto prominente y lo colmó de regalos; lo nombró gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe de todos sus sabios.


En su reino, hay un hombre en quien reposa el espíritu de los dioses santos. En tiempo de su padre se descubrió que tenía percepción, inteligencia y sabiduría, semejante a la de los dioses. Su padre, el rey Nabucodonosor, lo nombró jefe de los magos, hechiceros, astrólogos y adivinos.


Me han contado que en ti reposa el espíritu de los dioses y que posees iluminación, inteligencia y una sabiduría extraordinaria.


»Su Majestad, el Dios Altísimo dio al rey Nabucodonosor, su padre, grandeza, gloria, majestad y esplendor.


Mientras bebía, Belsasar mandó que trajeran las copas de oro y de plata que Nabucodonosor, su padre, había tomado del Templo de Jerusalén, para que también bebieran sus nobles junto con sus esposas y concubinas.


Ellos respondieron: —Pues Daniel, que es uno de los exiliados de Judá, no toma en cuenta a Su Majestad ni el decreto que ha promulgado. ¡Continúa orando tres veces al día!


«En el tercer año del reinado de Belsasar yo, Daniel, tuve una visión, después de la que ya había tenido.


»Yo, Daniel, quedé exhausto y estuve enfermo durante varios días. Luego me levanté para seguir atendiendo los asuntos del reino. Pero la visión me dejó pasmado, pues no lograba comprenderla».


Algún tiempo después, Jesús andaba por Galilea. No tenía ningún interés en ir a Judea, porque allí los judíos buscaban la oportunidad para matarlo.


así que los hermanos de Jesús le dijeron: —Deberías salir de aquí e ir a Judea, para que tus discípulos vean las obras que realizas,


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