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Cantares 5:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 He entrado ya en mi jardín, hermana y novia mía, y en él recojo mirra y bálsamo; allí me sacio del panal y de su miel; allí bebo mi vino y mi leche. ¡Coman y beban, amigos, y embriáguense de amor!

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; He recogido mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡He entrado en mi jardín, tesoro mío, esposa mía! Recojo mirra entre mis especias, y disfruto del panal con mi miel y bebo vino con mi leche. Oh amante y amada: ¡coman y beban! ¡Sí, beban su amor hasta saciarse!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 He entrado en mi huerto, hermana mía, novia mía, he tomado mi mirra con mi perfume, he comido mi miel en su panal, he bebido mi vino y mi leche. Amigos, coman, beban, compañeros, embriáguense.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Él ¡He venido a mi huerto, oh hermana mía y esposa mía; He recogido mi mirra con mi bálsamo, He comido mi panal con mi miel; He bebido mi vino con mi leche! ¡Comed, amigos! ¡Bebed y embriagaos, oh amados!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Yo vengo a mi jardín, hermana, esposa mía, a coger de mi mirra y de mi bálsamo, a comer de mi panal y de mi miel, a beber de mi vino y de mi leche. Comed, amigos, y bebed, y embriagaos de amores.

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Cantares 5:1
43 Referencias Cruzadas  

Luego se sentaron a comer. En eso, al levantar la vista, divisaron una caravana de ismaelitas que venía de Galaad. Sus camellos estaban cargados de perfumes, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto.


el Señor se complace en los que le temen, en los que confían en su gran amor.


En cuanto a los santos que están en la tierra, son los nobles en quienes está toda mi delicia.


Come la miel, hijo mío, que es deliciosa; dulce al paladar es la miel del panal.


Vengan, disfruten de mi pan y beban del vino que he mezclado.


cultivé mis propios huertos y jardines en donde planté toda clase de árboles frutales.


Mi amado es para mí como el saquito de mirra que duerme entre mis pechos.


¡Viento del norte, despierta! ¡Viento del sur, ven acá! Soplen en mi jardín; ¡esparzan su fragancia! Que venga mi amado a su jardín y pruebe sus frutos exquisitos.


Desciende del Líbano conmigo, novia mía; desciende del Líbano conmigo. Baja de la cumbre del Amaná, de la cima del Senir y del Hermón. Baja de las guaridas de los leones, de los montes donde habitan los leopardos.


Descendí al huerto de los nogales para admirar los nuevos brotes en el valle, para admirar los retoños de las vides y los granados en flor.


Mi amado ha bajado a su jardín, a los lechos de bálsamo, para retozar en los jardines y recoger azucenas.


¡Ah, si fueras mi propio hermano, criado a los pechos de mi madre! Al encontrarte en la calle podría besarte y nadie me despreciaría.


Tú, que habitas en los jardines, pendientes de tu voz están nuestros amigos; ¡déjanos escucharla!


Pero sus ingresos y ganancias se consagrarán al Señor; no serán almacenados ni atesorados. Sus ganancias serán para los que habitan en presencia del Señor, para que se alimenten en abundancia y se vistan con ropas finas.


Cantaré en nombre de mi querido amigo una canción dedicada a su viña. Mi querido amigo tenía una viña en una ladera fértil.


Sin duda, el Señor consolará a Sión; consolará todas sus ruinas. Convertirá en un Edén su desierto; en huerto del Señor sus tierras secas. En ella encontrarán alegría y regocijo, acción de gracias y música de salmos.


Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho. Por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos y cargará con las iniquidades de ellos.


El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan.


Porque, así como la tierra hace que broten los retoños y el huerto hace que germinen las semillas, así el Señor y Dios hará que broten la justicia y la alabanza ante todas las naciones.


Por eso, así dice el Señor y Dios: «Mis siervos comerán, pero ustedes pasarán hambre; mis siervos beberán, pero ustedes sufrirán de sed; mis siervos se alegrarán, pero ustedes serán avergonzados.


Cuando ustedes vean esto, se regocijará su corazón, y su cuerpo florecerá como la hierba. El Señor dará a conocer su poder entre sus siervos y su furor entre sus enemigos.


El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”.


»A ustedes, mis amigos, les digo que no teman a los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más.


El que se casa con la novia es el novio. Y el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Esa es la alegría que me inunda.


Entonces decidieron que cada uno de los discípulos, según los recursos de cada cual, enviaría ayuda a los creyentes que vivían en Judea.


No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu.


El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.


Cuando los filisteos lo vieron, le dieron treinta compañeros para que estuvieran con él.


Entonces la esposa de Sansón fue entregada a uno de los que lo habían acompañado en su boda.


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